El gobernador, Rodolfo Suarez, y parte de su gabinete se reunirá en horas de la mañana de este viernes con representantes y líderes religiosos de los distintos credos. El objetivo será avanzar sobre la autorización de celebrar misas u otras ceremonias religiosas para más de 10 personas.
De la mesa de diálogo participarán representantes de la Iglesia Católica, pero también de otras religiones.
El 28 de mayo, el Arzobispado de Mendoza envió una primera carta con un protocolo adjunto, a través de la cual solicitó al Gobernador que autorice las celebraciones de misas y otros sacramentos en la provincia. Esta semana renovaron el pedido luego de que el Ejecutivo avanzará sobre nuevas flexibilizaciones.
Desde el Gobierno provincial hay intenciones de que esto ocurra, teniendo en cuenta que enviaron a Nación el protocolo sanitario elaborado por la Iglesia Católica. En el mismo, proponen misas o celebraciones con más de 10 personas y un límite máximo de fieles que no supere el 25% de la capacidad del lugar.
Además, será obligatorio el uso de tapabocas y la distancia entre los asistentes de -al menos- dos metros entre sí. Incluso, habrá una persona en la puerta encargada de controlar que no se supere la capacidad permitida y quien colocará alcohol en gel en las manos a los fieles. Por otra parte, cada establecimiento deberá tener un cartel donde se indique la capacidad autorizada.
En lo que respecta a la fe católica, eliminarán las fuentes de agua bendita en los templos, al igual que la procesión de ofrendas y el saludo de la Paz. En tanto, la Eucaristía se dará en la mano y no en la boca.
Unión de líderes
Más de 300 líderes religiosos de todos los credos elevaron un comunicado al Presidente de la Nación y al Gobernador de Mendoza solicitando que no se restrinja más "la libertad de profesar libremente la fe de diferentes religiones".
Los representantes resaltaron con preocupación el hecho de se contabilicen más de 80 días en los que no pueden "profesar libremente su fe, dejándonos presos en nuestras casas, ya que si salimos, somos castigados con multa y cárcel".
También acusaron a los mandatarios políticos de haber "tomado la osadía de regular las religiones y sus prácticas, ritos y formas de llevar adelante su fe".