El policía, recientemente promovido, se iba a trabajar y sus padres lo acompañaban a tomar el micro como todos los días cuando fue interceptado por ladrones. Tras varios disparos y amenazas, uno de los delincuentes resultó herido.
El policía de 21 años, que se había recibido recientemente –el 1 de agosto fue nombrado–, debió poner a prueba sus conocimientos incorporados y enfrentar un hecho de inseguridad bastante complejo. Es que tuvo que defender a sus padres de dos malhechores que le habían puesto un arma en la cabeza para robarles. Ante tremenda escena el efectivo se identificó como tal, lo que hizo que los delincuentes abrieran fuego y dispararan.
El uniformado –se reserva su nombre por seguridad– sacó su pistola y le tiró a uno de los ladrones en la pierna izquierda. El otro en ese momento escapó. Ni el policía ni sus padres resultaron heridos, por lo que la ambulancia sólo se llevó al hombre que había sido baleado y que por la lesión no pudo huir, según cuenta Diario UNO de Mendoza.
El sospechoso quedó internado en el Hospital Central y fue operado. La bala le produjo la quebradura de fémur. Está con custodia policial y cuando esté en condiciones será imputado.
El policía tuvo que declarar ante el fiscal de Robos Agravados Galdo Andreoni, aunque no hay dudas de que actuó bien y su proceder fue "excelente", según destacan. El joven todavía se desempeña en Catacpol (Centro de Adiestramiento Táctico del Policía).