A fines de enero de este año, Matías Busto (13) dejaba las inferiores del Club Fray Luis Beltrán (Maipú) para dar un gran salto en su incipiente carrera futbolística: pasar a las inferiores del Club Atlético Lanús, de la Primera División del Fútbol Argentino.
Mati, quien para ese entonces ya era el vecino más ilustre de Beltrán, fue despedido por sus amigos y su familia con bombos, platillos, reuniones y –por supuesto- asados. A 3 meses de su mudanza a Lanús (actualmente vive en la pensión del club), aprovechó el fin de semana XXL de Semana Santa para regresar por primera vez a Mendoza y volver a disfrutar de los suyos.
“Los primeros días en Buenos Aires y solo fueron duros. Pero ya me adapté y ahora todo está de diez”, cuenta con humildad y timidez la joya beltranina, quien desde que debutó en la novena de Lanús no sabe lo que es perder un partido junto al resto del equipo.
“Estamos segundos, primero está Defensa y Justicia –por diferencia de gol-, y tercero está Talleres. Justamente el próximo fin de semana jugamos en Córdoba con Talleres, por lo que es un partido importante”, explica el adolescente, quien por la mañana entrena en el club y en el gimnasio del equipo granate, mientras que por la tarde estudia en la escuela del Club Atlético Lanús, donde atraviesa el tercer año. Y quien, algunas veces, entrena con la octava también.
La vida y el día a día de Mati cambiaron considerablemente. No solo por la lejanía de sus padres (Jorge Busto y Laura Martínez, quienes siempre han sido muy unidos como familia), sino también por lo que es su rutina.
“Todos los partidos te va a ver algún representante, alguien. Además, también cambió la rutina de entrenamiento. Acá, en Beltrán, entrenábamos una hora diaria, mientras que allá son dos horas y media. La verdad es que es una gran experiencia”, resume Mati.
Dupla imparable
Mati juega con la 7, es delantero, de aquellos que suelen generar y crear las jugadas de peligro en ataque, así como también dar asistencias para que sus compañeros conviertan goles. Y en esta dupla temible de la novena de Lanús, Mati tiene a su compañero. “Se llama Tomás, es de Mar del Plata y nos entendemos muy bien en la cancha”, describe sobre su infalible compañero al momento de convertir goles.
“Desde que llegó a Lanús, el equipo no ha perdido un solo partido. La última vez que habían jugado contra River, River ganó 8 a 0. Pero cuando jugó Mati, en su primer partido, ganó Lanús 1 a 0 con un gol de penal que le hicieron a él”, describe su padre, quien también es el hincha número uno del beltranino.
Una vida diferente
Desde aquel domingo 23 de enero por la noche en que Mati viajó a Buenos Aires por primera vez y ya para sumarse a las inferiores de Lanús, muchas cosas cambiaron en su vida. Dejó su habitación y la cambió por una de las que se encuentra en la pensión del “Grana”, donde convive con el resto de la categoría 2008.
“Me adapté bastante bien a la vida en Buenos Aires. Entre semana me despierto a las 6:30, voy a buscar la ropa de entrenamiento, desayuno y empezamos a entrenar a las 7:30. Ahí estamos hasta las 10, después nos llevan al gimnasio y hacemos toda la rutina hasta las 11. Después me baño, dejo la ropa, almuerzo, descanso un rato. Y a las 13 entro a la escuela, que está al lado del club”, enumera las actividades de un día en su vida. Y, con tranquilidad, aclara que no se le hace para nada difícil llevar el estudio y su carrera como futbolista.
En los chicos de la categoría 2008, Mati Busto –quien cumplirá 14 años el 12 de junio- encontró un gran grupo de amigos. Pero no olvida sus raíces mendocinas, ni mucho menos lo que dejó aquí.
“Lo que más extraño de Mendoza son los chicos de Beltrán. Ahora que volví por este fin de semana, me junté con ellos y lo que más me preguntan es sobre cómo es jugar allá, me piden que le cuente cosas del club, de la vida en Buenos Aires. También cambió que ahora me tengo que hacer la cama yo, preparar el desayuno y dejar todo listo, pero sigo siendo el mismo”, se sincera entre risas.
Una o dos veces al mes, Jorge y Laura viajan a Lanús a ver a su hijo. En tanto, esta Semana Santa fue la primera vez en que Mati regresó a Mendoza desde que se convirtió oficialmente en jugador de Lanús. Al igual que aquel 23 de enero, Mati regresó en Mendoza en colectivo. Son, en total, 14 horas de viaje. “Vuelvo mañana a la noche a Buenos Aires, por lo que llego justo el lunes para sumarme a las prácticas”, cuenta.
En junio viene a jugar a Mendoza
Aunque solo fueron algunos días, Mati, Jorge y Laura aprovecharon para ponerse al día. Incluso, la joyita de Beltrán fue mimado hasta con el menú. “Allá como todos los días fideos, pero desde que estoy acá he comido milanesas, lomos, asado”, confiesa sonriente.
El 4 de junio, la novena de Lanús visitará a la misma categoría de Godoy Cruz Antonio Tomba por el torneo de inferiores. El partido se jugará en Mendoza, por lo que Mati ya sabe que regresará a la provincia dentro de poco menos de 2 meses.
“La verdad es que estamos muy contentos, muy felices. Y muy bien, apoyándolo en este desafío que tiene él. Tiene mucho futuro Mati, y hay gente que lo sabe”, concluye