Juan Pablo Lancieri es basquetbolista de Gimnasia y Esgrima La Plata. Tiene 24 años y no dudó en ofrecerse como voluntario para probar la posible vacuna contra el Covid-19 que el laboratorio Pfizer probará en el país en su fase 3. "Me motivó el hecho de ayudar para que esto pueda volver a la normalidad", dijo en diálogo con Vía La Plata horas antes de darse la primera aplicación.
"La posibilidad me llega a través de mi hermano que estudia medicina. Él se había anotado para ser voluntario y me pasó la página. Llené el formulario y enseguida me llamaron para estar en una lista de espera porque todos los turnos estaban dados. Pero a los días se volvieron a comunicar para decirme que se había hecho un lugar", cuenta Juan Pablo sin ningún atisbo de temor o duda con respecto a la decisión que estaba tomando. "En mi casa todos solemos donar sangre cuando se puede", agrega. "En este caso me motivó también el hecho de ayudar, para que esto pueda volver a la normalidad y le pueda funcionar a todos".
Lo primero que averiguó Juan Pablo es que no hubiera ningún inconveniente en cuanto a lo deportivo. "Hablé con médicos conocidos y me dijeron que no había contraindicación en cuanto al básquet, así que no me preocupe". Si bien su familia en un principio estaba un poco asustada, "mi hermano y mi hermana que estudian carreras de Salud fueron los encargados de llevarles tranquilidad", cuenta. "Así que todos en mi casa me brindaron su apoyo y están tranquilos".
"Estoy ansioso nomás", asegura Juan Pablo horas antes de trasladarse al Hospital Militar de Buenos Aires, donde le darán la primera aplicación. "Lo único que hice hasta el momento fue responder ciertas preguntas protocolares. Arrancaría todo mañana, me hacen un hisopado para saber si transité la enfermedad y un testeo serológico donde miden las defensas del cuerpo. Luego ya pasaríamos a la aplicación de la vacuna o del placebo. No se sabe si te dan una o la otra. Mañana es una aplicación en cada hombro y la próxima visita es a los 15 o 60 días".
Cualquier consulta o duda que se le presente durante el proceso como voluntario, Juan Pablo puede comunicarse con una persona que tiene especialmente derivada para ello. "Es un proceso a largo plazo, en el que se utiliza un método que se llama doble ciego: ni el que da la inyección ni el que la recibe saben qué es lo que se aplica. Se utiliza para que no haya nada que afecte a lo que quieren estudiar. Quizás me dicen: te dimos la vacuna y yo me hago la cabeza y empiezo a tener síntomas que no debería tener, por cómo funciona la cabeza en este sentido. Al no decirte, ellos evitan que pase eso", cuenta Juan Pablo desde el cuarto de su casa en La Plata.
La cuarentena lo sorprendió lejos de casa, ya que estaba jugando a préstamo para Junín de Mendoza. "El torneo estaba suspendido así que antes del anuncio de la cuarentena ya nos habíamos sacado pasaje para volver, tomamos micro para evitar los riesgos del avión, así que logramos estar en casa justo cuando se iniciaba el aislamiento".
Si bien su rutina cambió mucho, porque lleva 6 meses sin jugar al básquet ni entrenar como lo hacía, asegura que viene transitando "bastante bien" la cuarentena. "Con mi hermano compramos un aro de básquet, así que podemos sacarnos las ganas de tirar al aro por lo menos, que es fundamental. También armé una rutina de gimnasio, tenemos espacio así que podemos hacer actividad física".
En cuanto a su futuro deportivo, "hay que esperar", dice Juan Pablo. "Por ahora está todo muy parado, hay contrataciones pero muy pocas. Primero veré qué pretenden de Gimnasia y analizaré las posibilidades, si es que las hay, de los equipos que tenga para elegir".
