Horas de tensión se vive este miércoles en Bolivia como consecuencia de que tropas militares al mando del excomandante del Ejército Juan José Zúñiga, irrumpieron fuertemente armados en el área de la ciudad de La Paz donde se sitúan edificios del Gobierno, invocando la “defensa de la democracia”. En una transmisión en vivo en video desde las oficinas del Poder Ejecutivo el presidente Arce Catacora confrontó al jefe del intento de levantamiento afirmando: “No voy a permitir esta insubordinación”, sentenció.
Al pronunciar un mensaje al pueblo boliviano el mandatario se encontraba acompañado por un numeroso grupo de funcionarios y dirigentes que al final del discurso vivaron la democracia, ratificaron su lealtad al Presidente y rechazaron de manera contundente el intento de golpe de Estado.
En lo que respecta al vínculo vial entre Jujuy y Bolivia, no se ha reportado novedades en el paso fronterizo La Quiaca - Villazón, donde el tránsito peatonal permanecía habilitado en el horario habitual, que se extiende diariamente hasta las 22:30, en tanto que el transporte de carga también permanecía habilitado en los respectivos horarios de ingreso y egreso a ambos lados de la línea fronteriza.
HORAS DE TENSIÓN E INCERTIDUMBRE EN LA PAZ
Pasado el mediodía varios tanques y militares fuertemente armados tomaron la plaza frente al Palacio Quemado, la antigua sede del Gobierno boliviano en la ciudad de La Paz, mientras el excomandante general del Ejército, Juan José Zúñiga, al mando esas tropas, amenazaba con tomar el edificio.
Zúñiga había sido destituido el pasado martes por el presidente Luis Arce, tras haber formulado declaraciones diciendo que “el país no puede seguir así” y que “pronto” habría un nuevo gobierno en Bolivia.
Al mediodía de este miércoles Arce denunciaba “movimientos irregulares” de tropas en cercanías de la sede del Gobierno, mientras que ciudadanos y medios locales reportaban el ingreso de tanques y militares fuertemente armados a la zona.
Cerca de la cuatro de la tarde el general Zúñiga entró al Palacio Quemado, donde funcionan oficinas del gobierno, después que una tanqueta arremetiera contra la puerta principal del edificio gubernamental y la abriera por la fuerza.
El militar rebelde permaneció allí unos pocos minutos y abandonó el lugar a bordo del blindado que antes había derribado las puertas del icónico edificio.
Imágenes transmitidas en directo por diferentes canales de televisión mostraron al vehículo militar forzando la puerta principal del edificio y al propio Zúñiga entrando al inmueble acompañado de militares armados y con el rostro cubierto.
Antes de irrumpir en el edificio, el cabecilla del levantamiento había pronunciado una declaración pública en la plaza Murillo, donde pidió la renuncia del presidente Arce y de todo el gobierno.
“Denunciamos movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército Boliviano. La democracia debe respetarse”, escribía Arce mientras tanto en su red social X.
“Se gesta el Golpe de Estado. En este momento se despliega personal de las Fuerzas Armadas y tanquetas en la Plaza Murillo”, denunciaba por su parte el expresidente Evo Morales.
“Convocamos a una Movilización Nacional para defender la Democracia frente al golpe de Estado que se gesta a la cabeza” del general Zúñiga, añadió Morales.
¿A QUIÉN RESPONDE ZÚÑIGA?
Desde el martes circulaban rumores sobre la probable destitución del oficial, en el cargo desde noviembre de 2022, a raíz de unas declaraciones contra Morales, otrora aliado de Arce y hoy su mayor adversario político.
En una entrevista el lunes con un canal de televisión, Zúñiga aseguró que detendría a Morales si insiste en postularse a la presidencia en los comicios de 2025, pese a que fue inhabilitado por la justicia electoral.
“Legalmente está inhabilitado. Ese señor no puede volver a ser más presidente de este país”, dijo el entonces jefe del Ejército, para sostener también que pronto se nombrará un nuevo gobierno en Bolivia porque “el país no puede seguir así”.
Morales advirtió que Arce gestó estos movimientos para instalar un autogolpe a fin de perpetuarse en el poder en el vecino país. y tras acusar públicamente al excomandante general del Ejército de estar a la cabeza de la operación militar, insistió en convocar a una “movilización nacional para defender la democracia”.