Copa Libertadores: un jujeño vive el sueño de “estar en el fútbol” internacional

El preparador físico Nicolás Nasisi integra el cuerpo técnico del Bolívar, uno de los equipos bolivianos más prestigiosos.

Copa Libertadores: un jujeño vive el sueño de “estar en el fútbol” internacional
Nicolás Nasisi, preparador físico del Bolívar, en el estadio "Simón Bolívar" de La Paz, Bolivia.

Muchos son los que alguna vez soñaron con ser una estrella del fútbol, un Messi o un Maradona, según la edad o generación. El jujeño Nicolás Nasisi también tuvo ese sueño. De hecho, en su niñez y juventud hizo su paso por las divisiones inferiores del Club Atlético Cuyaya y del Club Deportivo Luján, y hasta llegó a probarse dos veces en Gimnasia y Esgrima de Jujuy, habiendo logrado el ingreso al plantel juvenil. Pero en un momento -que define como “justo y puntual”-, descubrió que más que ser futbolista, su verdadero anhelo era “estar en el fútbol desde donde me toque” y este jueves por la noche ese lugar es en el banco de Bolívar, el equipo boliviano que por la primera fecha del Grupo E de la Copa Libertadores visita al chileno Palestino, en Rancagua, a 87 kilómetros de la capital Santiago.

“Estando en la secundaria en una clase de Educación Física, un compañero me pidió que le explique algo que a mi me resultaba sencillo, y fue ahí cuando sentí ese gustito de estar de este lado: me gusta enseñar, me gusta ayudar, me gusta darle una mano a alguien para que logre hacer algo mejor que yo”, narra Nicolás recordando el momento en que descubrió su vocación.

“No me arrepiento para nada de haber tomado la decisión de estudiar para ser preparador físico o profesor, porque estoy viviendo el sueño de estar en el fútbol. Es mi lugar, y no sé si hubiera llegado a sentir lo mismo siendo futbolista”, analiza.

PRIMEROS PASOS Y SALTO AL FÚTBOL INTERNACIONAL

Un día el joven jujeño partió, como lo hacen muchos de sus coterráneos, a formarse fuera de la provincia, alejado del hogar familiar y de los afectos. Fue en la Universidad Nacional de Tucumán donde se recibió de profesor de Educación Física, afianzando su pasión por los deportes en general y el fútbol en particular.

Pero el periplo por instituciones deportivas menores para abrirse paso en el mundo de la preparación física de atletas, lo había iniciado aun antes de recibirse.

Nicolás Nasisi y Flavio Robatto intercambian ideas durante un entrenamiento en la altura de La Paz.
Nicolás Nasisi y Flavio Robatto intercambian ideas durante un entrenamiento en la altura de La Paz.

En 2017 comenzó a poner en práctica los conocimientos que iba adquiriendo, colaborando en escuelitas de fútbol y en cuerpos técnicos de clubes como Racing de La Quiaca, que por esos momentos disputaba torneos regionales amateur en los Federales B y C.

Ya con el diploma bajo el brazo y de vuelta en su Jujuy natal, trabajó en el Club Los Perales y en la Asociación Atlética La Viña, institución de la que guarda tan gratos recuerdos al punto que la define como su casa. “Me sentí muy cómodo y tuve un crecimiento grande, sobre todo por lo que significó trabajar allí: todo a pulmón, luchar por un lugar propio de entrenamiento para el club, rodearme de muy buena gente y muy buenos profesionales”, evoca.

Si bien ya estaba dando los primeros pasos en el fútbol profesional, el salto al fútbol internacional lo pudo dar luego de trabajar junto a Sebastián Galván en Tiro y Gimnasia de San Pedro de Jujuy.

No fue sencillo hacerse un lugar en el fútbol boliviano, pero “en los torneos de ascenso fui conociendo a otras personas que vieron mi trabajo, lo que me permitió llegar donde estoy hoy”, reconoce con agradecimiento el joven preparador físico.

En este sentido, resume: “Empecé a trabajar con el técnico Claudio Chacior, y más adelante un colega recomendó mi trabajo a Andrés Marinangeli, con quien pude trabajar en el Real Santa Cruz. Posteriormente pasé por otros dos equipos y el año pasado se dio la oportunidad de trabajar con el equipo técnico de Flavio Robatto en el Real Potosí”.

El cuerpo técnico que lidera dicho entrenador argentino firmó después contrato con el Club Bolívar de La Paz.

“Lo que nos llevó a formar parte del plantel profesional del Bolívar es la filosofía de trabajo: la idea de ser un equipo protagonista, que tenga la pelota, que ataque mucho con mucha gente, que arriesgue de local o visitante. Esa forma de trabajar, esos ideales que tenemos como cuerpo técnico, gustó mucho en el Bolívar y así hoy estamos transitando este camino de formar parte de la institución más grande de Bolivia”, definió el preparador físico jujeño.

“Estar en una institución tan grande es otra cosa: las instalaciones, la infraestructura, los recursos humanos, y todo lo que uno tiene en el día a día. La predisposición de la gente también es algo que supera las expectativas que uno podía tener”, describe Nasisi, y amplía: “Supera ampliamente las experiencias pasadas porque es una institución enorme, y nos vemos obligados a estar atentos, siempre dispuestos a dar el cien por ciento para que el equipo pueda tener una actuación muy buena”.

MUCHO MÁS QUE EL TRABAJO DE PREPARADOR FÍSICO

El “profe Nico”, como lo conocen en el club paceño, no deja de reconocer a sus compañeros del cuerpo técnico y médico. “Nuestro equipo es tremendo”, define al amplio conjunto del que forma parte bajo la coordinación de Robatto, junto a otros asistentes y un videoanalista encargado del análisis de los rivales y de los entrenamientos, sin olvidar al cuerpo médico especializado en equipos de altura, que integra a su vez el kinesiólogo argentino Gonzalo Salas.

Nicolás Nasisi, "El profe Nico", como es conocido por sus compañeros del cuerpo técnico y del plantel profesional boliviano, celebró poder "vivir el sueño de estar en el fútbol".
Nicolás Nasisi, "El profe Nico", como es conocido por sus compañeros del cuerpo técnico y del plantel profesional boliviano, celebró poder "vivir el sueño de estar en el fútbol".

Sobre su función como preparador físico, describe que “es un trabajo arduo que engloba mucho y muchas veces excede a las funciones específicas del puesto” al punto que “los profesores y entrenadores tenemos que hacer de psicólogos: no solo tenemos que conocer la faz física del futbolista sino también saber gestionar sus emociones, para que todos se sientan importantes y se enfoquen en el mismo objetivo”.

Dice asimismo que en la rutina diaria “somos los encargados de armar los horarios de entrenamiento y de las comidas; tenemos que estar atentos a muchos detalles, especialmente en las entradas en calor de titulares y suplentes; preparar físicamente los trabajos de cada semana; controlar la carga y volúmenes de trabajo; estar en constante comunicación con el cuerpo médico para detectar sobrecargas y lesiones en los jugadores; coordinar los tiempos de recuperación con el cuerpo médico”.

A la vez “somos el nexo entre el cuerpo técnico y los utileros”, de manera que “hay muchas aristas donde nosotros tenemos participación, más allá de preparar físicamente a un futbolista en resistencia, fuerza y velocidad”, detalla.

UN JUJEÑO EN LA PAZ: SUEÑOS Y METAS DE CARA AL FUTURO

De sus anhelos siendo parte del cuerpo técnico del Bolívar, Nicolás Nasisi anota “salir campeón de la liga local, hacer un buen torneo, y un buen papel en la Libertadores”.

Como meta personal, el joven preparador físico jujeño busca dejar una impronta en los jugadores, “dejar algo en los futbolistas, algo que les sirva en la vida por más que ya tengan una carrera -dice-. Ellos siempre están aprendiendo y siempre te lo hacen saber; eso, para mi, es muy importante como un logro personal porque creo que al futbolista primero hay que considerarlo como una persona”, asume.

Entre sus objetivos a largo plazo enuncia “mantenerse a este nivel, dar un paso más quizás hacia otra liga, hacia otro equipo, quizás a otro país con la misma o mayor exigencia” e incluso confiesa que “llegar a dirigir alguna selección es algo con lo que sueño”, y lo fundamenta mirando en retrospectiva: “Tuve el objetivo a largo plazo de llegar al fútbol profesional y a medida que pasaron los años los objetivos se fueron cumpliendo”.

En tal sentido Nasisi sostiene que “es importante tener siempre la llama viva para que la motivación esté siempre” y con esa base es que continúa su formación profesional.

Reveló que está estudiando para ser director técnico, aunque aclara que “lo hago más como un complemento que para ejercer en el día de mañana. Estudio para entender un poco más a los técnicos desde mi lado y, sobre todo, para poder manejar aspectos que me ayuden a armar ejercicios donde pueda incluir lo físico y lo táctico”.

Volviendo al tema de los sueños y los proyectos, a modo de mensaje para los jóvenes que aspiran a triunfar en sus vocaciones, y sobre todo a aquellos que tienen que dejar el terruño para ir en su búsqueda, dice: “Si uno está convencido de lo que quiere y sale a buscarlo con mucha fuerza, lo puede conseguir; se puede lograr encaminar las cosas para hacer que todo conspire a favor de uno. Obviamente a esto hay que acompañarlo con mucho trabajo -subraya-, con mucha capacitación y estando abierto a conocer gente”.

Aconseja también que “sigan peleando por lo que quieren y buscan, que a veces parece lejano, pero la vida te sorprende y, de un día para otro, te das cuenta que no estaba tan lejos, que solo había que dejar el miedo atrás para ver que las cosas están al alcance”, completó.

¿CÓMO ES VIVIR FUERA DEL PAÍS?

Consultado sobre la experiencia de dejar atrás familia y afectos para embarcarse en la odisea de perseguir un sueño, el joven preparador físico jujeño asegura que la experiencia de haber salido de su provincia natal en pos de una formación superior le sirvió para hacer “más sencillo” el camino.

“Eso me formó mucho y me ayudó a estar listo para cuando se dio la oportunidad de salir de la Argentina y no tener tantas dudas al momento de tomar la decisión”, asevera y agrega: “Obviamente que salir del país, estar en otro lado que no es tu país, es algo complicado, pero el motor más grande siempre fueron las ganas de llegar al futbol profesional”, dice en su caso.

“Se extraña a la familia, a los amigos, las cosas que uno puede hacer en casa, pero el presente que estoy viviendo es lo que siempre quise, al punto que no termina siendo un trabajo; los que tenemos la posibilidad de esto somos muy afortunados”, sopesa.

Reconoce más adelante que en Bolivia “lo que más me costó fue adaptarme a las comidas, sobre todo a las carnes; siento que la carne argentina es mucho más rica, lo que más se extraña son los asados, pero con el tiempo uno va conociendo platos típicos de cada departamento y encontré algunos que me gustan mucho”, como el “queperí”, el “majadito” y el “pique a lo macho”, cita entre las especialidades bolivianas que resultan de su agrado.

El preparador físico jujeño compartiendo el banco con el técnico argentino Flavio Robatto y suplentes del Bolívar.
El preparador físico jujeño compartiendo el banco con el técnico argentino Flavio Robatto y suplentes del Bolívar.

Sumado a la experiencia única de vivir el sueño de “estar en el fútbol”, la cercanía con el hogar familiar es un aliciente a la hora de lidiar con el desarraigo.

“Siempre vuelvo a casa al final de temporada, y cuando hay tiempo a mitad de año, que generalmente siempre hay un receso. Mantengo contacto con mi familia, mis padres siempre están presentes y eso me da mucha energía para seguir. Además en Bolivia, en Santa Cruz, tengo a mi tío Rubén, que fue muy importante en mis primeros pasos; es como mi papá acá en Bolivia”, valora.

No menos importantes son los vínculos de amistad que se forman con otros argentinos que transitan por el mismo camino lejos de casa. “Contacto con argentinos siempre hay, estamos en todos lados, desde jugadores en el mismo plantel, a profesores e integrantes de otros cuerpos técnicos también. Uno nunca se siente solo en ese sentido”.

Testimonio de ello es que “de los cinco integrantes del cuerpo técnico que integro actualmente, cuatro somos argentinos”, y “dentro del plantel hay dos argentinos; el año pasado también había tres argentinos, de manera que la convivencia del día a día, al compartir con ellos, hace una diferencia”.

Por último, Nicolás Nasisi destaca con gratitud el importantísimo rol que jugaron -y juegan- figuras Pablo Siacia, Leandro Vilariño y Maxi Alonso, como mentores y amigos.

“En La Paz tengo la suerte de tener cerca al ‘profe’ Pablo Siacia, de Always Ready, que se ha transformado en un gran amigo y es uno de mis mentores”, agradece, al tiempo que añade que “Maxi Alonso es como un hermano; compartir con colegas como Leandro Vilariño, que ha sido mi profesor en varios cursos, es también importante porque hemos entablado una hermosa amistad. Ellos me han recomendado en su momento, han confiado en mi trabajo y creo que no les he fallado”, concluye con satisfacción el jujeño que desde este jueves es parte del show de la Copa Libertadores de América, el torneo más importante del Cono Sur a nivel de clubes.