Hace ya aproximadamente un mes, Jujuy fue la primera provincia en liberar la actividad gastronómica en el marco de la emergencia por el Covid -19. Con protocolos específicos que incluyen una reducción de los horarios, los responsables de los establecimientos tuvieron que adaptarse a las circunstancias y diseñar estrategias para cada etapa de la cuarentena.
Fernando Rodríguez es músico -toca la armónica en la banda de Gypsy Jazz "La Vilca Band"- y su pasión por la música lo llevó a buscar una salida laboral que tuviera que ver justamente con esta pasión: la música y un lugar donde presentarla adecuadamente.
Así, se convirtió en emprendedor y tras las dificultades que encontró en su primer intento, la enseñanza tuvo sus frutos: "Aprendí que no sólo es abrir un lugar y estar en el entorno de la música, sino tener conocimientos elementales de gestión. Hice cursos sobre micro emprendimientos y administración de empresas, y con esa experiencia volví al ruedo", explicó Rodríguez a Vía Jujuy.
En 2016 abrió un bar en la avenida 19 de Abril al 1.000. Desde el principio tenía en claro que el lugar debía tener una identidad que lo hiciera distintivo: "Buena música, buenos tragos, buen ambiente, pero para que eso que se ve bien de afuera funcione, hay que aprender a gestionar", remarcó.
Al poco tiempo, ese bar resultó pequeño para la demanda de un público que no contaba en Jujuy con propuestas similares, y decidió abrir un nuevo espacio, más amplio, con escenario para música en vivo y una carta de comidas y bebidas más amplia, ubicado a pocos metros del primero, sobre calle Independencia.
Allí la premisa fue similar, aunque cada bar tiene su propia identidad. "Con mis bares quise darle una vuelta de rosca a lo musical. Siempre recorrí la noche y nunca encontraba un lugar que me representara. Creo que un lugar así tiene que tener una identidad bien clara para que la gente sepa dónde está yendo", definió Rodríguez.
La pandemia y la cuarentena lo obligaron a reinventarse, y entre otras cosas, instrumentó la apertura al mediodía, ofreciendo menúes diarios y delivery, lo cual fue apenas un paliativo para la etapa más dura de la cuarentena, ya que según el emprendedor, no lograban ni siquiera cubrir los gastos y hasta pensó en cerrar al menos uno de los lugares.
Sin embargo, la flexibilización en el sector llegó justo a tiempo y el público volvió a concurrir: "Los clientes son muy fieles, quizás por la buena onda que hay en los lugares, igualmente siempre estamos buscando estrategias para que los dos locales estén activos. Aun cuando estábamos cerrados, subíamos videos a las redes para estar en contacto con los clientes, haciendo participar a los mozos, que son la cara visible. Ahora que pudimos abrir, volvimos al horario tarde noche y estamos tratando de estabilizarnos, tener más cuidado en muchas cosas".
Como les pasa a muchos emprendedores, la carga tributaria y de servicios es una de las mochilas más pesadas de llevar: "Los impuestos son nuestro fantasma", aunque reconoce que la ayuda estatal para el pago de salarios fue un gran paliativo. "Esa ayuda la recibimos gracias a tener las cosas en regla, los aportes al día".
Rodríguez destacó también la ventaja de que la situación sanitaria en nuestra provincia es menos grave que en otros puntos del país y eso "nos permitió seguir, vamos a seguir", subrayó para concluir.
https://youtu.be/1F-7_DP1ATc
