Un total de 425 vicuñas silvestres fueron capturadas por habitantes del paraje Quirquinchos, en el departamento puneño de Yavi, en el marco de la temporada de esquila comunitaria que se realiza en el territorio provincial.
Este procedimiento para la obtención de la fibra de vicuña es denominado por las comunidades indígenas de la Puna jujeña como "chaku", práctica que sobrevive -y actualmente se potencia- en la región andina y les permite obtener ingresos genuinos.
El "chaku" es una técnica ancestral que consiste en el arreo de las vicuñas hacia un corral en el que se las encierra temporalmente, evitando al máximo posible la generación de estrés en la manada.
Luego se selecciona aquellos ejemplares que están en condiciones de ser esquilados y al terminar el proceso, que dura entre cuatro y cinco horas, los animales capturados son liberados.
Para los pobladores, esta práctica reúne valores culturales, sociales, económico-productivos, y ambientales, respetando la vida del animal y el ecosistema de la región Puna.
Los integrantes de la nombrada comunidad, junto a especialistas del Ministerio de Ambiente, la Subsecretaría de Agricultura Familiar, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), dieron inicio a la temporada de esquila sustentable de vicuñas en silvestría en su región, con "excelentes resultados", destacaron autoridades del Ministerio de Ambiente local.
Durante la primera intervención fueron capturadas "425 vicuñas, se esquilaron 278 ejemplares, y se obtuvo como resultado alrededor de 60 kg de fibra en óptimas condiciones", detalla un reporte de la cartera ambiental.
"Jujuy viene apostando desde hace cuatro años a eficientizar las esquilas, incorporar nuevas comunidades, mejorar los procesos, incrementar los kilogramos de fibra acopiados, e incursionar en agregado de valor", agregaron voceros oficiales.
Según un artículo publicado por la BBC, "un kilo de fibra de vicuña puede costar más de US$500. Y un chal confeccionado con su hilo, más de US$2.229, lo que lo convierte en una prenda de lujo".
Los comuneros y los especialistas que intervienen en los chakus se han propuesto superar las 19 esquilas comunitarias que se pudo realizar durante la pasada temporada. Las expectativas están puestas en las posibilidades derivadas de que este año "se sumarán nuevas comunidades" a las prácticas de esquila sustentable.
Se trata de las comunidades originarias Oratorio y Cabrería, en Santa Catalina; Quera y Aguas Calientes, comunidades que se encuentran cercanas a Abra Pampa; y Coyahuaima, en Mina Pirquitas.
El año pasado se concretaron 19 chakus en la Puna jujeña, de los cuales quince fueron en el departamento Yavi, correspondientes a CAMVi (Comunidades Andinas Manejadoras de Vicuñas) Norte, que incluye a Larcas, Inticancha, Suripugio, Quirquinchos; y CAMVi Sur (Corral Blanco, Cholacor, Escobar Tres Cerritos, El Cóndor, Azul K`asa).
Las cuatro restantes fueron en el área de Lagunilla de Farallón, en el departamento Rinconada, y en todos los casos los chakus contaron con la asistencia clínica de cinco médicos veterinarios del Ministerio de Desarrollo Económico y Producción.
El reporte oficial de la temporada indica que en la temporada 2018 se capturó 2.530 animales, de los cuales fueron 2.030 ejemplares adultos y 504 "tekes". De ese total fueron esquiladas 1.729 vicuñas, 423 mediante esquila manual y 1.165 mediante esquila mecánica.
Como resultado de estas acciones las comunidades recolectaron 393,165 kilogramos de fibra bruta. En el mercado internacional, la cotización del producto ronda los US$400.- por kilo de fibra bruta no procesada.