Insólito, pero real fue lo que sucedió en Perú: el alcalde de Trujillo, al noroeste del país, se sometió a un detector de mentiras a fin de cumplir con una promesa de campaña que había hecho.
Tan solo transcurrió un día desde que César Arturo Fernández Bazán asumió la alcaldía de la citada ciudad, que tiene 1,1 millón de habitantes.
El político respondió preguntas realizadas por un especialista y también sugirió que sindicalistas, autoridades regionales y determinados empleados pasen por la misma experiencia que él.
Por qué el alcalde se sometió a un detector de mentiras
Tal como lo había prometido en campaña, Fernández Bazán se sometió a esta prueba para mostrar que su intención es trabajar para la comunidad y que no se vio envuelto en su trayectoria en hechos de corrupción.
Los resultados del experimento se estarán conociendo en 48 horas.
Entretanto, el alcalde le pidió a las autoridades regionales que se sometan a la prueba del polígrafo. Y principalmente se lo sugirió a funcionarios que dejaron sus cargos en los últimos días.
Esto lo hizo para “saber si mienten o dicen la verdad sobre su compromiso de trabajar en beneficio de la población”.
Entre las respuestas que Fernández Bazán debió contestar figuran si durante su gestión como alcalde de Moche (su anterior puesto político) cometió actos de corrupción, y si además pensaba hacerlos en su nueva posición al frente de Trujillo.
Fernández Bazán resultó electo a través del partido “Somos Perú” en las últimas elecciones, luego de ser expulsado de la Alianza Para el Progreso. Además, aspira a la presidencia de su país.