El asesinato de Delfina Pan dejó una escena dolorosa y lamentable para su familia. Su hermano le escribió una carta llena de emociones y le comentó que sus padres quedaron “huérfanos de tu amor”.
Facundo Pan decidió expresar su profunda tristeza tras la pérdida de su hermana en una carta, días después de haber recibido sus cenizas en el país.
El comienzo de su relato reflejó lo mucho que le habrá costado animarse a lanzar su comunicado. “Las palabras más tristes que jamás pensé escribir te tienen como protagonista”, inició.
Además de mostrar su angustia por no haber podido ayudar a su hermana, Facundo marcó su desconsuelo por las mujeres que son asesinadas a diario en Argentina. “Me duelen todas las Delfis víctimas de este flagelo que prácticamente lleva en Argentina una estadística de una mujer muerta por día en manos de su pareja, ex parejas, conviviente o al menos conocido”, sostuvo.
Por último, Facundo plantó su bandera: “Será mi compromiso no olvidar nunca tu sonrisa; hacerte memoria presente en todo momento; promover que se sepa la verdad de lo sucedido y observar la justicia para que tu muerte no haya sido en vano”.
La carta del hermano de Delfina Pan
“Descansá en paz Delfi
Las palabras más tristes que jamás pensé escribir te tienen como protagonista. A vos que no le hacías mal a nadie, hermana; a vos que solamente tenías un sueño, hermana; a vos que partiste aquel 7 de noviembre de 2020 después de pasar a saludar a tu sobri por su cumpleaños, hermana; a vos que volviste a nosotros un 8 de diciembre de 2021 en los brazos de Nahui dentro de una cajita, hermana.
Me duele saber que seguramente haya habido alertas, señales, que hubo quienes no supieron -o no quisieron- ver. Me duele saber que una familia, una escuela, un empleador, no haya sabido -o no haya querido- interpretar señales que te costaron la vida. Me duele no haber advertido cómo ayudarte, cómo cuidarte, cómo salvarte.
Me duele la humanidad saber de otro femicidio más que no pudimos prever. Me dolés Delfi, y me duelen todas las Delfis víctimas de este flagelo que prácticamente lleva en Argentina una estadística de una mujer muerta por día en manos de su pareja, ex parejas, conviviente o al menos conocido. Y por supuesto me duelen todos los, las, les sufrientes del odio emanado de esta pedagogía de la crueldad que no reconoce límites ni fronteras.
Siempre recuerdo a los 5 o 6 años mi madre me enseñó que la mujer merece un respeto singular, no por ser inferior ni más débil ni nada por el estilo, sino porque mujer, hermana, madre, maestra, abuela, siempre nos acompañaremos en la vida; y el respeto mutuo, corporal, gestual, sexual, es la base de la humanidad. Si tan solo pudiéramos extender esos criterios y regarlos sobre las sensibilidades y las subjetividades tan impregnadas de machismo de nuestras culturas. Como dice el Papa Francisco: “si queremos un mundo mejor, que sea una casa de paz y no un patio de guerra, todos debemos hacer mucho más por la dignidad de cada mujer”.
Pero hoy no estás y mis palabras sobran. Tus amigas y amigos se quedan sin una compañera, una compinche, confidente y solidaria. Tus sobrinas y sobrinos se pierden una tía hermosa, decidida, valiente y luchadora. Tus hermanos, cuñadas y hermanas nos quedamos sin tu gracia, tu complicidad, tu sensibilidad y tu fiaca. Y tu papá y tu mamá se quedan huérfanos de tu amor, de tu chispa, tu energía, tus cuidados…
28 años tenías y millones de sueños y proyectos por cumplir. Será mi compromiso no olvidar nunca tu sonrisa; hacerte memoria presente en todo momento; promover que se sepa la verdad de lo sucedido y observar la justicia para que tu muerte no haya sido en vano.
Te amo para siempre Del”.