El Papa Francisco pedirá perdón por los abusos en internados católicos durante los llamados procesos de asimilación. Este domingo, el Sumo Pontífice partió hacia Canadá, donde se quedará seis días tras recibir la invitación de comunidades indígenas.
Al igual que Juan Pablo II en 1984, se espera que rece el ángelus dominical a 10.000 metros de altura. En las imágenes que circularon de su llegada al aeropuerto de Fiumicino, se lo ve en sillas de ruedas, debido a su problema de rodillas.
A fin de que pueda descansar, después de que la primera gobernadora indígena de Canadá, Mary Simon, le de la bienvenida, la agenda comenzará este lunes con una visita a una escuela residencial en Maskwacis, donde se reunirá con las poblaciones indígenas y realizará su primer discurso.
El martes 26 de julio, en el Commonwealth Stadium, celebrará una misa para la comunidad católica. Por la tarde, se dirigirá al lago Saint-Anne, al oeste de Edmonton, lugar de peregrinación y considerado sagrado para los pueblos originarios.
El miércoles, se trasladará a Quebec, donde se reunirá con la gobernadora y el primer ministro, Justin Trudeau, y un día después visitará el Santuario Nacional de Sainte-Anne-de-Beaupré.
El último día, Francisco hará el viaje más lejano que ha realizado un Papa: Iqaluit, ubicada a 186 millas al sur del Círculo Polar Ártico y hogar de la comunidad inuit más grande de Canadá, unas 4.000 personas, de los cerca de 8.000 habitantes en total.
Qué ocurrió con los niños indígenas en los internados católicos
Según la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, se crearon 139 escuelas financiadas por el gobierno y administradas la mayor parte por la Iglesia Católica que funcionaron entre fines del siglo XIX y la década de 1970, en la que se internaron a alrededor de 150.000 niños indígenas que fueron separados de sus familias, obligados a abandonar sus idiomas, tradiciones y cultura.
