El Papa ha pasado “bien” la noche tras someterse este miércoles a una operación de una hernia intestinal que se resolvió sin complicaciones, según ha informado en un breve comunicado la oficina de prensa del Vaticano.
Francisco se encuentra en su habitación privada en la décima planta del hospital Gemelli y permanecerá unos días ingresado.
La Casa de la Prefectura Pontificia, el organismo del Vaticano encargado de la agenda del Papa, ha anulado todas las audiencias previstas en la agenda del Pontífice hasta el próximo 18 de junio para asegurar su total recuperación.
QUÉ LE PASÓ AL PAPA FRANCISCO Y DE QUÉ LO OPERARON
Antes de la intervención quirúrgica, el Vaticano indicó que Francisco, de 86 años, iba a estar completamente sedado para el procedimiento de este miércoles por la tarde y que pasaría varios días hospitalizado en el Policlínico Universitario Agostino Gemelli de Roma.
El Fiat 500 del Papa salió del Vaticano poco después de las 11 (Roma) acompañado de una escolta y llegó al centro hospitalario unos 20 minutos después.
Según la Santa Sede, Francisco se sometió a una “laparotomía y una cirugía plástica de la pared abdominal con prótesis” para tratar una oclusión intestinal “recurrente, dolorosa y que empeora”.
Según el comunicado, Bergoglio padecía un laparocele, que es una hernia formada sobre una cicatriz anterior.
“La estancia en el centro sanitario durará varios días para permitir un postoperatorio normal y una recuperación funcional completa”, agregó la nota.
Francisco seguirá al frente del Vaticano y de la Iglesia católica, que tiene 1.300 millones de fieles, aún cuando esté inconsciente y en el hospital.
En julio de 2021, Francisco pasó 10 días en el mismo hospital para que le extirparan 33 centímetros (13 pulgadas) de intestino grueso. Entonces sufría lo que, de acuerdo con el Vaticano, era una grave inflamación y estrechamiento del colon. En una entrevista con The Associated Press en enero, Francisco dijo que la diverticulosis, o las protuberancias en la pared intestinal que motivaron la operación de 2021, había regresado.
Tras esa cirugía, contó que podría comer lo que quisiera, pero lamentó no haber respondido bien a la anestesia general empleada en un proceso que duró más de lo esperado. Esa reacción explica en parte su negativa a pasar por el quirófano para reparar los ligamentos de la rodilla, que le obligan a utilizar una silla de ruedas y un andador desde hace más de un año.
El hecho de que vuelva a operarse muestra que no tenía más opciones que tratar el problema intestinal, especialmente ante los numerosos viajes previstos para este verano.
Al pontífice argentino se le extirpó parte de un pulmón cuando era joven. También sufre dolores por ciática. A finales de marzo pasado, pasó tres días en el mismo hospital de la capital italiana por una bronquitis aguda. Fue tratado con antibióticos intravenosos y, cuando recibió el alta el 1 de abril, y bromeó diciendo que estaba “todavía vivo”.
Últimamente ha tenido una agenda ajetreada, con varias audiencias al día. El Vaticano confirmó hace poco que realizará varios viajes en agosto, cuando la Santa Sede e Italia suelen tomarse vacaciones, con una visita de cuatro días a Portugal en la primera semana de agosto y otro viaje de duración similar a Mongolia a partir del 31 de agosto.
En un indicio de que los viajes seguían en pie, el Vaticano publicó el itinerario previsto para la visita del papa a Portugal entre el 2 y el 6 de agosto con motivo del Día Mundial de la Juventud. El programa confirma la habitual agenda apretada de encuentros protocolarios, de una visita de Estado, además de varios eventos con jóvenes y un viaje de un día al santuario de la Virgen de Fátima.
Además, Francisco confirmó su deseo de visitar Argentina en 2024, algo que nunca hizo desde que fue consagrado como jefe del Vaticano.