Los números que habían adelantado las consultoras privadas estuvieron lejos de lo que finalmente sucedió este domingo en Brasil: ni Lula ganó en primera vuelta ni fue tanta la diferencia de votos con Jair Bolsonaro. Por tal motivo, el bolsonarismo pide que se investigue a las compañías de sondeos y que se las castigue “severamente”.
Aunque las encuestas acertaron dentro de los márgenes de error del 3% en cuanto a los votos obtenidos por el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), la gruesa diferencia estuvo alrededor del porcentaje alcanzado por el actual presidente.
Finalmente, Lula ganó la primera vuelta con el 48,43% de los votos contra el 43,20% de Bolsonaro, según el Tribunal Superior Electoral (TSE) luego de haber escrutado el 99,9% de las mesas. Los sondeos, por su parte, daban una diferencia entre ambos de hasta 14 puntos. De hecho, Datafolha incluso vaticinó que el expresidente podría ganar en primera vuelta, en caso de contabilizar los votos válidos. Sin embargo, todo estuvo muy lejos de la realidad.
A raíz de estas marcadas diferencias, el bolsonarismo manifestó su descontento y se mostró dispuesto a tomar serias medidas. El diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente, adelantó que impulsará la creación de una comisión legislativa que investigue a las encuestadoras, además desde el Congreso piden “castigos severos”.
Desde hace semanas que Bolsonaro habla de que “las encuestas no reflejaban la realidad”. “Mucha gente se dejó llevar por las mentiras propagadas por los institutos de investigación, que salieron del primer turno completamente desmoralizados. Erraron todas las previsiones y ya son los mayores derrotados de esta elección. Vencimos esa mentira y ahora vamos a ganar la elección”, dijo mediante Twitter.
El jefe de Gabinete, Ciro Nogueira, pidió “ignorar a estas empresas”. “Después del escándalo que cometieron, todos los electores del presidente de Bolsonaro solo tienen una respuesta a las encuestadoras: ¡no responder a ninguna hasta el final de la elección!”, expresó.
Por su parte, el líder del oficialismo en la Cámara de Diputados, Ricardo Barros, anunció su intención de presentar un proyecto de ley para imponer “castigos severos” a los institutos demoscópicos que se equivoquen más allá del margen de error .”Encuesta publicada la víspera de las elecciones cuyo resultado no coincide con el margen de error es delito”, advirtió.
Los motivos de la diferencia en los votos de Bolsonaro
En un escenario que las tiene en la mira, las encuestadoras brasileñas deberán volver a sondear el ánimo de los brasileños de cara al balotaje, el próximo 30 de octubre.
“Las encuestas subestimaron la fuerza de Bolsonaro. Eso puede tener relación con el tipo de muestra. Las encuestas se equivocaron, pero lo hicieron encima de la misma lógica”, explicó Guilherme Casaroes, politólogo del prestigioso centro de estudios Fundación Getúlio Vargas.
Para Casaroes el resultado tiene, en parte, una lectura en clave regional: los sondeos no consiguieron marcar el liderazgo de la derecha en los grandes colegios electorales, principalmente San Paulo, el estado más rico y poblado de Brasil. El exministro de Infraestructura Tarcísio Gomes de Freitas, militar de la reserva y un fiel escudero de Bolsonaro, dio el batacazo allí, ya que aventajó al exalcalde Fernando Haddad, pupilo de Lula y gran favorito.
También se habla de la diferencia entre las encuestas y las urnas del llamado “voto útil” desde el espacio del centroizquierdista Ciro Gomes hacia Lula, que finalmente no se dio cómo se esperaba.
El argumento de las encuestadoras
El primer ejecutivo de la firma Quaest, Felipe Nunes, señaló que las encuestas son “un diagnóstico de la sociedad” y no un pronóstico. “Los sondeos tienen un papel fundamental para ayudarnos a entender los movimientos que están por llegar”, mencionó.
En tanto, el director ejecutivo de la firma Atlas, Andrei Roman, reconoció que “las encuestas se equivocaron”. “La diferencia de 9 puntos (que dio la firma Atlas entre Lula y Bolsonaro) terminó siendo de 5 puntos en el resultado. Necesitamos encarar ese resultado con honestidad”, dijo en sus redes sociales.
A su turno, Leandro Gabiati, director de la consultora Dominium, argumentó: “Los sondeos no hacen pronósticos. Son como una foto (del momento), no una película”. Sin embargo, admitió: “Pero las últimas encuestas del viernes y del sábado muestran que hubo grandes errores, no solo en la presidencial, sino también en la elección de senadores y gobernadores”. Asimismo, dijo: “Como los sondeos fueron tan lejos de la realidad, ahora no sabemos si de hecho Bolsonaro creció o si ya tenía ese apoyo”.
En relación a esto último, la politóloga Mayra Goulart, de la Universidad Federal de Río de Janeiro, dijo que en Brasil existe un “apagón de información” ante el atraso de dos años del censo demográfico, postergado de 2020 para 2022 por la pandemia. Dice que es por esto que la muestra es tan imprecisa. “Segmentos como el evangelista, que representa un 30% de los brasileños, es un sector popular capaz de dar votos a la extrema derecha”, ejemplificó.