La cuenta regresiva se detuvo y el lanzamiento fue postergado para el próximo viernes, no antes de las 13.48 (hora de Argentina). Recién entonces y si todo está en condiciones, se producirá el despegue del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS, por sus siglas en inglés), el más potente artefacto construido hasta la fecha, con la nave Orión en la parte más alta y que en unos años será la que lleve a los humanos de regreso a la Luna, y por primera vez con una tripulación integrada también por mujeres.
Los ingenieros “están solucionando un problema que condiciona uno de los motores RS-25 (motor 3) en la parte inferior de la etapa central del cohete”, informó la NASA.
Los equipos de la agencia estadounidense también están evaluando “lo que parece ser una fisura en el material del sistema de protección térmica, en un área entre tanques de combustible” del cohete, según difundieron.
El lanzamiento se podrá ver en vivo a través del streaming de la NASA: clic acá
En qué consiste la misión Artemisa I
La misión denominada Artemisa I es un primer ensayo general, una compleja prueba de toda la tecnología desarrollada para volver a la Luna con astronautas, fase que estará reservada a Artemisa III, prevista para no antes de 2025. Antes, posiblemente en 2023, una misión tripulada orbitará la Luna.
El cohete, que está colocado en la plataforma 39B del Centro Espacial Kennedy de la península de Florida, exactamente el mismo lugar desde el que partieron las misiones Apolo a la Luna entre fines de la década del ´60 y comienzos de los ‘70, mide 98 metros de altura, casi 15 menos que el Saturno V de antaño, que impulsó las cápsulas Apolo a la Luna.
Pero el SLS es más potente que el Saturno V; de hecho, es el más potente que jamás se haya construido y cuenta en su primera etapa con cuatro motores principales a hidrógeno y oxígeno líquido.
Y durante los dos primeros minutos del despegue, el sistema contará con la ayuda, además, de dos cohetes laterales, cada uno de 47 metros de largo y color blanco, que son el testimonio de la tecnología utilizada por los transbordadores espaciales, ya dados de baja hace una década, y que se desprenderán del cuerpo central una vez que se haya consumido todo su combustible, tal como eran empleados junto a los transbordadores.
Una vez que orbite la Tierra para cobrar impulso, antes de lo cual se habrá desprendido también el cuerpo central del cohete SLS (el que está pintado de color naranja), la nave Orion junto con su módulo de servicio (desarrollado por la Agencia Espacial Europea (ESA), asociada con la NASA en esta misión, así como la Agencia Espacial Japonesa (JAXA), entre otras instituciones internacionales), emprenderá con sus paneles solares desplegados una misión no tripulada de 42 días en la que circundará la Luna y llegará hasta unos 64.000 kilómetros más allá del satélite terrestre, para luego hacer el recorrido de vuelta a la Tierra.
El regreso a la Tierra, con el crítico reingreso de la cápsula Orion a la atmósfera de nuestro planeta, sometida a altísimas temperaturas, también será una prueba valiosísima.
Recordamos que el transbordador espacial Columbia, con 7 tripulantes a bordo, se desintegró completamente durante esa fase en 2003, pero debido a una falla que la nave presentaba en su escudo térmico, un hueco del tamaño de un maletín, que se había producido durante el despegue día antes, por el desprendimiento de un trozo de espuma de aislación desde el tanque externo de combustible, que congelado golpeó a altísima velocidad el borde de ataque del transbordador provocándole el hueco que sería fatal en el reingreso a la atmósfera.
Una vez que la cápsula Orion de Artemisa I reingrese a la atmósfera terrestre, caerá minutos después al océano Pacífico, desacelerada por un sistema de tres paracaídas que la depositarán sobre las aguas, antes de que sea rescatada por un navío de la Armada estadounidense.
Artemisa 1, un primer gran ensayo general
Repasando el objetivo de esta misión Artemisa I, todo servirá para probar el rendimiento del cohete SLS y las capacidades de la cápsula Orion, en la que, previsiblemente en 2025, viaje la tripulación de la Artemisa II, que se espera haga el mismo recorrido, aunque todavía sin alunizar. También, en esta primera misión, se probarán todos los sistemas de control ubicados en la Tierra y que van monitoreando todo el tiempo lo que suceda.
En la misión Artemisa I no viajarán astronautas, pero sí lo harán unos maniquíes cubiertos con sensores para medir el efecto de la radiación espacial así como de partículas solares en el cuerpo humano, entre otros aspectos.
En 2025 o 2026, según los planes de la agencia espacial, se espera que la misión tripulada Artemisa III aterrice en alguna parte del polo sur de la Luna, en el que será formalmente el regreso de la humanidad a nuestro satélite, además con la primera mujer y la primera persona de color como parte de su tripulación.