El orfebre y docente tucumano José Luis Aráoz cuenta en Tucumán con Todo, un poco sobre los orígenes del oficio de la orfebrería, su incidencia en la vida diaria y como vive del arte que es su pasión hace casi tres décadas:
--¿De qué se trata esta profesión?
--” Mucha gente se pregunta y nos pregunta cuando nos ve ¿qué es la orfebrería? La confunden con la alfarería, por ejemplo. La orfebrería es la es no te diría una profesión es un oficio que se remonta ya a uno de los primeros que tuvo la humanidad. Si vamos a la historia vamos a encontrar que una de las primeras edades que tenemos es la edad de los metales, edad del Cobre, edad del Bronce, edad del hierro. El ser humano ha aprendido a trabajar el metal para hacer utensilios...”
“La orfebrería es una de las madres de muchos oficios como la metalurgia, por ejemplo”.
“Nosotros lo que hacemos en orfebrería es trabajar los metales, trabajamos generalmente metales nobles: plata, oro, cobre. Con el correr del tiempo y de la tecnología se sumaron las aleaciones como la alpaca, el latón, el bronce, y podemos hacer desde un arito, hasta el altar de una iglesia, una custodia, la copa del mundo. Si está hecho de metal y es ornamental, generalmente lo ha hecho un orfebre. Nuestras incumbencias en la vida cotidiana son más amplias de lo que la gente cree o piensa o se imagina. Si ves un tenedor de metal lo tuvo que hacer un orfebre. Si bien después se industrializó y lo hace una máquina, el primero lo hizo un orfebre. Si tenés una moneda en tu mano un orfebre le puso la mano encima también en el proceso de la realización de esa moneda. Hoy con la tecnología lo podemos imprimir en 3D, pero el orfebre dentro de sus ramas va a tener un grabador y un cincelador que va a interferir en ese modelo lo va a mejorar lo va a dejar perfecto y después se va a hacer esa moneda lo mismo con la placa de un billete”.
“Cuando te pones a pensar en orfebrería, es mucho más amplia que hacer anillos o hacer una bombilla, es muy amplia”.
--Usted tiene 45 años y lleva 30 años dentro de lo que es el oficio.
--” Sí, yo empecé a trabajar mi primera pieza de metal a los 16 años por curioso: mi papá hacía artesanías. Pero él hacía portarretratos y espejos. Dentro de ese mundo de participar de la feria y de conocer otros artesanos me encuentro con piezas de metal y particularmente conozco artesanos que hacían monedas caladas. Entonces la curiosidad me lleva al ¿Cómo se hace? Y me acuerdo patente que mi papá me dijo agarra la sierra y se cala. Comenzó mi recorrido autodidacta y a los años empecé a calar. El calado es, simplemente, sobre un diseño hacer perforaciones y sacar los bajos relieves o bien los altos relieves. Hay una serie de técnicas diferenciadas en el calado, pero la primera pieza que hago de metal es a los 16. Empiezo a vivir del oficio recién a los 20. O sea, tuve 4 años de, si se quiere, hobbismo, pero que fueron de experiencia”.
--Usted se ha destacado en el tema de la Platería e incursionó en la docencia.
--” Cuando yo empiezo acá en Tucumán no había dónde aprender. De hecho, el día de hoy en la Argentina son muy pocos los lugares donde uno puede ir a aprender. Entonces surge en mí esta cuestión del preguntar al otro artesano, al artesano viejo, al joyero que no está en la joyería. Porque todos creemos que la joyería tiene un joyero atrás y en realidad no es así. La joyería es un negocio. El joyero muchas veces está muy lejos y trabaja a puertas cerradas. Y vos no sabes que existe al lado de tu casa un joyero”.
“Tuve la suerte de cruzarme acá en Tucumán con algunas personas muy copadas que me abrieron las puertas de su taller y me enseñaron. No mucho, pero me enseñaron pequeñas cosas. Yo me había planteado a los 20 años quería ser el mejor platero de la Argentina... Sueños de pibe. Con el tiempo te das cuenta de que ya estás grande para esto: a los 30 y pico de años no, ya no llego. Todo lo que me falta de conocimiento ya no llego”.
“Empecé a enseñar pensando en que, si yo no podía, le tenía que dar una mano a todos esos que venían atrás mío para que lleguen a lo que a mí me tomado 20 años de aprendizaje, 15 años de aprendizaje. ¿Por qué no llevarlo a uno o a dos años para aquellas personas que estaban empezando? ¿Por qué tenían que pasar por ese proceso de prueba y error?”
--” Empiezo a abrir la cancha. Esta cosa de que el artesano, el orfebre, el joyero son tan individualistas, a taller cerrado: “soy yo en mi mesita de trabajo″... No, el joyero, el orfebre, tiene que ser un compañero de trabajo con el resto”.
--Qué influencia ha tenido Pallarols, que tal vez es el más conocido o reconocido por lo que ha hecho no solo para presidentes en cuanto a bastones presidenciales sino también al Papa”.
” Son muchos los Pallarols. Juan Carlos Pallarols al principio, cuando uno desconoce (y en esa época donde no había internet o la internet era muy chiquita todavía) fue para nosotros una gran influencia. Era el que se mostraba en los medios, el que vos veías los trabajos, podías acceder un poquito a lo que él hacía. Dentro del mundo de la platería, Pallarols generó que el oficio se hiciera público. Entonces desde ese lugar uno lo reconoce, y muchísimo, desde el punto de vista educativo se ha quedado muy corto. Es uno de los pocos orfebres que no da clases hoy eh año 2024 son muchísimos los orfebres de mi generación que hemos abierto Las puertas del taller y enseñamos y a nivel país la generación anterior a la mía no lo hacía y la generación de Pallarols eran básicamente tres los grandes orfebres: Emilio Patarca, Juan Carlos Pallarols y después estaba Armando de Ferreira. En el año ´78, ´79 funda una escuela en Olavarría que se convierte en una de las escuelas más importantes de Latinoamérica. Exclusivamente platería y cincelado”.
“Emilio Patarca venía de ser alumno de Edgar Michaelsen, un anterior a él, muy pero muy buen orfebre. Sobre todo, como docente, que ya en los 80 dice hay que enseñar y el único que no enseñó fue Juan Carlos Pallarols. Si lo tengo poner en esa balanza, Pallarols fue una gran influencia para los orfebres desde el punto de vista comercial. Porque permitió que se nos reconozca o nos conozcan, pero desde el punto de vista educativo se quedó cortito”.
--Dentro de sus obras, ¿cuál le parece que es la más destacada?
--” Creo que está muy relacionada, no con mi trabajo como orfebre en el taller, sino con el trabajo que vengo haciendo hace muchos años en Tucumán para que Tucumán sea reconocido dentro del país como este portador de orfebres. Hasta hace muy poco en la Argentina, Tucumán no existía dentro del panorama de la orfebrería. Hace unos años, por suerte, a partir de redes sociales y de mucha insistencia creamos un grupo de orfebres y después de plateros, con los que logramos fundar la primera asociación de Plateros Argentinos”.
” De esa asociación soy miembro fundador y hasta hace poco era vocal suplente. Logramos desde Tucumán formar parte de un grupo de platería que se dedica a simplemente organizar muestras a nivel país de forma muy Federal. En la selección de los Plateros decidimos que no teníamos que llevar plateros reconocidos, sino que teníamos que llevar aquellos plateros de muy buena factura pero que no los conocía nadie”.
” Primero nos focalizamos en ´de dónde son´ y después en el ´que hacen`. Y empezamos a hacer muestras. Dentro de Tucumán lo que hago yo es enseñar. Ese es mi fuerte porque doy clases en mi taller y doy clases en una escuela pública”.
--¿Cómo ve el futuro de la orfebrería especialmente en Tucumán? ¿Cuál sería el mensaje quizás para los jóvenes que están interesados en esta en este oficio?
--” El futuro en Tucumán es muy promisorio. Hay que proyectarlo. Por cada alumno que hay, que aparece, que empieza a hacer joyería o platería, aparece todo un mercado por atrás que le tiene que vender las herramientas el material los insumos. Y ese mercado, esa industria, genera mucho dinero. Entonces, si nosotros logramos en Tucumán desarrollar que haya más estudiantes vamos a lograr que aparezcan nuevos puestos de trabajo”.
“Indirectamente, más allá de lo que vos hagas en tu banco, van a aparecer otros puestos de trabajo o sea que es muy promisorio ese futuro. Pero para eso tiene que haber dedicación tiene que haber compromiso, tiene que haber ganas. El lugar donde aprender está, porque como te digo doy clases en mi taller, pero también doy clases en una escuela pública que pertenece al Ministerio de Educación de la provincia. Doy clases en plena peatonal en la escuela fábrica como la conocen, en la (calle) Muñecas. Vamos, nos inscribimos, estudiamos”.