Fernando Botero, pintor y escultor colombiano, falleció este viernes a sus 91 años en la tranquilidad de su hogar en el principado de Mónaco, tras una complicación en su estado salud por el cual había estado internado. Tuvo un cuadro de neumonía, pero ya se encontraba con el alta.
El artista nacido en Medellín es uno de los referentes más importantes de su país. Es reconocido internacionalmente por sus esculturas y pinturas donde aparecen personas con figuras voluptuosas.
Además, una de sus características principales siempre fue el uso del color de una forma vibrante.
El adiós a Botero del presidente de Colombia
El presidente colombiano Gustavo Petro también lamentó la partida del artista en sus redes y escribió: “Ha muerto Fernando Botero, el pintor de nuestras tradiciones y defectos, el pintor de nuestras virtudes. El pintor de nuestra violencia y de la paz. De la paloma mil veces desechada y mil veces puesta en su trono”.
Por su parte, el exmandatario, Juan Manuel Santos, envió un mensaje a la familia y amigos del pintor.
“Lamentamos profundamente la partida de Fernando Botero, uno de los más grandes artistas de Colombia y del mundo. Siempre generoso con su país, un gran amigo, y apasionado constructor de paz. Nuestras más sinceras condolencias a toda su familia”, manifestó en sus redes.
La apasionante vida de Botero
Fernando Botero había nacido en 1932 en Medellín y llegó a convertirse en uno de los creadores contemporáneos más reconocibles en todo el mundo al desarrollar una impronta absolutamente propia.
Había estudiado en Colombia y en la Real Academia de Arte de San Fernando, en Madrid, y empezó a exponer en la década de 1960 en Estados Unidos, con una primera muestra en el Milwaukee Art Center donde comenzó a mostrar su característico estilo figurativo.
A lo largo de su extensa trayectoria, exhibió en las principales ciudades y museos del mundo: desde el Grand Palais de París, los Campos Elíseos o el Palacio Venecia, hasta la Quinta Avenida de Nueva York, el MOMA, y el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile, entre muchos sitios más. También, donó varias veces a diversas ciudades del mundo esculturas como Big Bird (Singapur), El Caballo (Santiago de Chile), Mujer con espejo (Madrid), Gato (Barcelona), Maternidade (Lisboa), Broadgate Venus (Londres), Caballo (Medellín), Jinete (Jerusalén), entre otras.
Si bien Fernando Botero confesó más de una vez que se sentía pintor antes que cualquier otra cosa, en una entrevista que le realizó el periodista mexicano Ricardo Rocha reveló que en 1974 decidió dejar de pintar por un tiempo “para aprender el oficio de escultor”.
Pero, no alteró su estilo, ya que el mismo concepto que aplicó en sus pinturas lo llevó a sus esculturas: “Todo artista considerado importante deformó de alguna manera la naturaleza y así lo hice yo también”, dijo en ese entonces.