La preocupación por la salud y por lo que se consume es algo permanente entre las personas, más aún cuando muchas veces no se sabe bien qué es lo que se está ingiriendo y qué efectos le genera al cuerpo. En ese sentido, saber la composición de los alimentos resulta fundamental. Pero saber de qué están hechos los materiales donde se cocina también es una preocupación, por el efecto que ellos pueden tener en los alimentos.
Particularmente, la utilización de las pavas eléctricas entre los argentinos resulta como un artículo muy requerido, por los consumos diarios tanto de café, té y mate que tenemos. En ese sentido, a la hora de preparar algunas de estas infusiones, la pava eléctrica es uno de los artefactos más elegidos.
Pava eléctrica de plástico y el miedo del cáncer
Según el CEO de la empresa de electrodomésticos Peabody, Dante Choi, el plástico sería un material cancerígeno: “El 60% del mercado de pavas en Argentina son de plástico. Yo creo que el plástico es cancerígeno. Nunca tomaría agua recalentada con una pava de plástico. Si yo no uso tampoco quiero vender”.
Ante esta afirmación, y tras explicar que su empresa vende pavas eléctricas de acero e incluso quirúrgico en algunos casos, surge la duda sobre las afirmaciones de Choi acerca de los riesgos del plástico en el agua que se consume.
La cocina y el peligro del uso de plástico en los electrodomésticos
Así como en un momento se hablaba de la peligrosidad para la salud sobre la utilización de tablas de madera e incluso utensilios en la cocina de este material, porque al quedar húmedos luego de usarse pueden generar bacterias dañinas para la salud, el plástico tampoco resulta una solución y, por el contrario, es uno de los peores destructores de nuestra salud.
Las tablas de plástico, sartenes de teflón son altamente tóxicas. Así como cualquier recipiente de este material que se coloque dentro del microondas.
Y respecto de las pavas eléctricas de plástico, en particular, el recalentamiento del agua genera que haya migración química del material hacia el líquido, por más minúsculo que sea, ocasionando que luego sea consumido por los humanos. Es por ello que la sugerencia siempre radica en que sea de metal.
El plástico que consumimos todos los días
La preocupación por el medioambiente muchas veces puede pasar a un segundo plano de la vida cotidiana, la cual nos tiene ocupados con el dinero, el trabajo, las relaciones sociales y los problemas en general. Pero cuando se tiene en cuenta la presencia del plástico en micropartículas que consumimos a diario, allí la ecuación se invierte y pasa a ser una de las preocupaciones principales.
Desde finales de la década de 1950, el mundo comenzó a sintetizar a gran escala una serie de cadenas de moléculas (polímeros) derivados del petróleo, agregándole aditivos y de esta manera logró volverlos más atractivos a la vista y al tacto: el plástico era una realidad tangible, la cual se volvía cada vez más parte de nuestra cotidianeidad.
Pero esa presencia del plástico convirtió a los seres humanos en “adictos” a este material, en donde la mayoría de las cosas que se utilizan a diario están formadas por él.
Por qué se suelen elegir las pavas eléctricas de plástico
Cierto es que las pavas eléctricas de plástico resultan más económicas en el mercado que las que son de metal.
- Si bien existe una disparidad de los precios muy notoria, una pava eléctrica de plástico se puede llegar a conseguir por $20 mil o incluso menos.
- Las pavas eléctricas de metal, por el contrario, están en valores mucho más elevados y algunas incluso trepan a los $80 mil ó $90 mil, dependiendo la marca que se elija.
Qué otros riesgos para la salud genera el plástico
El policloruro de vinilo (PVC) el derivado del plástico más versátil, y que es utilizado en cañerías, cables eléctricos, revestiduras y otros objetos más, emite vapores de cloro y dioxinas, las cuales según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son contaminantes permanentes.
Sus emisiones duran mucho tiempo tanto dentro del cuerpo humano como de los ecosistemas y son cancerígenas.
Si nos remitimos a lo que causa una de las peores imágenes en la naturaleza, como la contaminación de los mares, hay que mencionar que la mayor cantidad de basura plástica no es la de las botellas o recipientes de comida, sino por los microplásticos, los cuales miden menos de 5 milímetros. Por supuesto, la cuenta se vuelve abrumadora cuando se multiplica por las miles de millones de partículas existentes.