En 2015, el periodista Jorge Lanata fue sometido a una operación inédita en la Fundación Favaloro, donde recibió un trasplante de riñón en el marco del primer trasplante cruzado entre cuatro personas realizado en América Latina. Este tipo de intervención, que involucra el intercambio de órganos entre dos parejas de donantes y receptores, fue posible gracias a una autorización judicial y representa un avance significativo para la medicina regional.
Lanata, quien enfrentaba múltiples problemas de salud, entre ellos diabetes, sobrepeso y enfermedad coronaria, recibió un riñón donado por la madre de un joven enfermo. A su vez, Sara Stewart Brown, quien era la esposa de Jorge en ese entonces, aceptó donar uno de sus riñones al hijo de la mujer, cerrando así el círculo de este trasplante cruzado.
Este procedimiento comenzó a implementarse en Estados Unidos en 1986 y ya se ha llevado a cabo en países como España, Canadá, Reino Unido, Australia y Turquía.
Una operación compleja y con implicancias legales
La cirugía, que duró más de seis horas, se llevó a cabo bajo la supervisión de un equipo multidisciplinario de expertos en trasplantes, dado que Lanata era considerado un paciente de alto riesgo. La diabetes que padeció afectó gravemente sus riñones, lo que le generó una enfermedad renal crónica. A esto se sumaban otros factores de riesgo, como el tabaquismo y la colocación de stents debido a problemas coronarios.
Desde 2011, Lanata sabía que su condición renal era irreversible y que su única alternativa, además de la diálisis, era un trasplante de riñón.
El marco legal argentino establece que un trasplante de riñón puede realizarse con un donante cadavérico o un donante vivo relacionado, como familiares hasta el cuarto grado de consanguinidad, cónyuges o convivientes. Sin embargo, cuando el donante no está relacionado directamente con el paciente, como en el caso de un amigo o conocido, es necesaria la intervención de la justicia. Este fue el caso para Lanata, ya que la donante no era un familiar directo.
El trasplante cruzado es una alternativa cuando un paciente cuenta con un donante vivo dispuesto a ayudar, pero no son compatibles entre sí. En estos casos, las parejas de donante y receptor se intercambian con otras en una situación similar, maximizando las posibilidades de encontrar compatibilidad y salvando más vidas.