¿Qué es lo peor que tiene un argentino? La pregunta es tan provocadora como frecuente en charlas de café, debates políticos y hasta en el humor popular. Esta vez, la respuesta viene desde un lugar inesperado: una inteligencia artificial.
Consultada sobre cuál es el peor rasgo de un argentino, la IA desarrollada por OpenAI no dudó en señalar un aspecto que, si bien es parte del folclore nacional, también ha sido ampliamente criticado por sus consecuencias sociales: la viveza criolla mal entendida.
¿Qué es la viveza criolla?
La “viveza criolla” es una expresión muy arraigada en la cultura argentina. Se refiere a esa actitud de querer “sacarle ventaja” al sistema, al otro, o a las reglas establecidas. Desde colarse en una fila hasta evadir impuestos o aprovechar resquicios legales para beneficio propio, este tipo de comportamiento suele presentarse como un signo de astucia, pero también como un reflejo de desconfianza hacia la autoridad o las instituciones.

Por qué es considerada una de las peores características
Según el análisis de la IA, lo que hace que la viveza criolla sea tan problemática no es solo su existencia, sino su normalización. “Ese impulso de ser más vivo que el otro, aunque perjudique a los demás, erosiona la confianza colectiva, fomenta la corrupción y afecta la convivencia social”, señala.

En otras palabras, lo que comienza como una estrategia individual para “sobrevivir” en un entorno percibido como injusto, termina reproduciendo justamente esas injusticias. Es un círculo vicioso que daña tanto la vida cotidiana como el desarrollo institucional del país.
¿Es algo exclusivo de los argentinos?
No. Muchos países tienen expresiones similares, desde el “jeitinho brasileiro” en Brasil hasta la “pillería” en otras regiones de América Latina. Sin embargo, en Argentina, la viveza criolla está profundamente ligada a la identidad nacional, al punto de aparecer en el humor, la política y hasta en la publicidad.
¿Tiene solución?
La respuesta, según la IA, no está en eliminar el ingenio ni el sentido de supervivencia, sino en redirigirlo hacia el bien común. La creatividad, la pasión y la capacidad de adaptación son enormes fortalezas del pueblo argentino. Cuando se usan con responsabilidad y empatía, marcan una diferencia positiva.