El apagón masivo que afectó a gran parte del país durante la tarde de este miércoles, poco a poco comienza a retomar su servicio habitual. Sin embargo, las dudas empiezan a crecer en torno al incendio que se generó sobre un canal de circulación de energía eléctrica.
Justamente, las llamas provocaron que la central Atucha I tenga que salir del sistema interconectado como medida de seguridad. Este proceso es común ante un incidente de esta naturaleza donde las usinas tienen esquemas de salvaguarda que los desconectan al verse obstruida la circulación en el tendido nacional.
Sin embargo, la duda crece respecto a este incendio forestal que afectó a todo el país. En sí, este tipo de llamas son un fuego descontrolado de rápida propagación que afecta a bosques, llanuras, pastizales y pasturas. En la Argentina, se producen en las diferentes regiones y provincias de acuerdo a la época del año.
En ese marco, el subsecretario de Energía Eléctrica, Santiago Yanotti, explicó que la central Atucha “no se apaga de golpe, sino de a poco con sistemas de backup, se prende de a poco y después que ingresa (al sistema interconectado) la potencia que inyecta requiere un par de días hasta que llega al 100%, pero lo importante es que no hubo ningún tipo de fallas”.
En tanto, en diálogo con Vía País, Sergio Federovisky, viceministro del Ministerio de Ambiente, explicó semanas atrás que las consecuencias ecológicas, económicas y sociales de los incendios dependen de los espacios afectados: “A nivel ecológico las consecuencias son siempre graves, pero son diferentes según el espacio o los ecosistemas en el cual se produzcan, no es lo mismo sobre un bosque nativo en la Patagonia que un incendio sobre un pastizal en la zona del delta y todos ellos tienen consecuencias ambientales serias que los diferencian.”
Agregó también que, “A nivel económico y a nivel social también está relacionado con el ámbito donde se producen los incendios. En general, está vinculado con pérdidas de bienes en los que se conocen como incendios de interfase, donde la naturaleza está asociada con los espacios urbanizados o habitados y las consecuencias económicas son muy difíciles de establecer previamente y hay que medirlas en función de cuál es el daño que se produce”.
Casi siempre se trata de fuegos no programados o programados y no controlados, que afectan de diversas formas a las tierras forestales, como recurso protector, económico o recreativo. Estas tierras están definidas como tales en la Ley Nacional 13273 de Defensa de la Riqueza Forestal.
Desde el Ministerio de Seguridad, se explica que entre los meses de diciembre a marzo, las provincias del sur tienen un mayor riesgo de incendios forestales. Desde el mes de octubre hasta marzo, las provincias de Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco y Buenos Aires son las que cuentan con mayor riesgo de este tipo de incendios. Para las provincias de Córdoba, Catamarca, La Rioja, Mendoza, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán y todo el norte del país, el riesgo comienza con las primeras heladas de mayo y se extiende hasta el mes de noviembre.
El 2020 fue le peor año de la década en cantidad de focos de incendios, llegando a 40.000. Tomando en cuenta el cálculo que hicieron los especialistas del Museo de Ciencias Naturales de Antonio Scasso de San Nicolás, en el que consideran que cada foco quema un aproximado de 14 hectáreas, en 2020 se pulverizaron 560.000 hectáreas. El año pasado fue el segundo peor con 182.600 hectáreas.
¿Por qué se genera un incendio forestal?
Hay dos causas principales que generan los incendios forestales: las causas naturales y las antrópicas (producidas por actividad humana). Dentro de las naturales, la más común es la caída de rayos producidos por tormentas eléctricas, principalmente cuando no están acompañadas de lluvia. La actividad volcánica también puede producir incendios en algunas regiones.
Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el 95% de los incendios son causados por actividad humana. Dentro de las causas antrópicas (producidas por actividad humana) se encuentran: La presencia del hombre en los montes, bosques, acompañada de elementos o instalaciones que pueden ocasionar incendios.
Los incendios pueden ser por negligencia, en un fogón o campamento, también al practicar un deporte que involucre fuego, las quemas de desperdicios, desechos forestales y rastrojos, entre otros. Una de las causas principales son los fuegos intencionales para deforestar.
Desde el Ministerio de Ambiente, Sergio Federovisky, detalló que aquellos incendios intencionales se presentan ante la justicia: “Eventualmente, recolectamos evidencias y la presentamos a la justicia, que es lo que hemos hecho reiteradamente en relación con los incendios del delta del Río Paraná ya desde 2020. El Ministerio de Ambiente ha presentado en varias ocasiones pruebas a los jueces federales de Entre Ríos para que identifiquen a los autores. Sin embargo, no hemos obtenido respuesta”. “Aún no hay procesados, no hay perseguidos judicialmente. Fundamentalmente, no hay una respuesta desde la justicia, no hay una investigación como para desarticular una matriz de funcionamiento en el delta que utiliza el fuego para obtener beneficios particulares”.
Continuó explicando: “Sabiendo que 9 de cada 10 incendios son iniciados por la acción humana, ya sea por negligencia o penalidad, está claro que la dimensión humana del problema es muy determinante, por lo tanto, se debe tener conciencia y noción sobre en que circunstancias se puede emplear el fuego y en cuáles no, como usarlo y respetar las prohibiciones”. Agrego que, “Estamos ante un problema global, que es común a países que comparten latitudes con la Argentina, estamos ante un problema derivado del cambio climático y que ha adquirido una dimensión, volumen y característica en los últimos 30 años muy diferente y mucho más amenazante que lo que ocurría anteriormente”.
¿Cómo afecta este tipo de incendios a los cableados de alta tensión?
Una de las principales hipótesis del apagón masivo es que un incendio afectó a una de las redes de alta tensión en la zona noroeste de la provincia de Buenos Aires, que llevó a que se cortara el suministro eléctrico en casi todo el país: desde el noreste hasta Santa Cruz, pasando por Córdoba, Mendoza, Santa Fe y Buenos Aires.
Según trascendió, estas llamas provocaron la paralización de una línea de transmisión eléctrica, que afectó tres líneas de alta tensión. En ese marco, hay que entender que el calor que afecta a estos cables hacen que pueda afectar el sistema eléctrico, por lo que las estaciones salen del sistema para que no afecte toda la línea.