En los últimos días de febrero, cuatro de las cámaras trampa colocadas por la Red Yaguareté para su monitoreo dentro del Parque Nacional Iguazú fueron violentadas de sus cajas de seguridad y robadas, según denunciaron desde esta Fundación ambientalista.
Es que el hecho llama poderosamente la atención debido a que los dispositivos se encontraban asegurados con cajas protectoras de acero y cadenas cementadas (no pueden cortarse a machete ni con sierra) y candados niquelados.
“Pero lo más preocupante es que estaban ubicadas unas a 500 metros de la Estación Garganta del Diablo y las otras en el camino que va desde Garganta a la Ruta 101, es decir, bien adentro del parque y en zona donde solamente transitan guardaparques y un guía de turismo, que fue quien dio aviso del robo, y tienen acceso empleados del área protegida (prestadores, contratistas)”, señalan desde la Red.
Más allá del costo económico, “preocupa que en el sitio donde más yaguaretés viven en Argentina se registren este tipo de hechos delincuenciales”, advirtieron.