Nuevamente una bajante del Río Iguazú hace que peligre el abastecimiento de agua en la Ciudad de las Cataratas.
Con esta nueva bajante, la planta potabilizadora sólo trabajó al 30%. Desde el Instituto Misionero de Agua y Saneamiento –IMAS- mencionaron que “durante todo el día (de ayer), el río estuvo en un nivel muy bajo. Descendió a la misma altura que tuvimos el año pasado”.
Además, hicieron hincapié en que “habrá un problema de abastecimiento mañana (lunes). Estamos trabajando a un 30% de la capacidad de la planta y ya se activaron todos los mecanismos. Además, se dio aviso a la Municipalidad, a los Bomberos Voluntarios y al Concejo Deliberante para que colaboren, porque si en el transcurso de la noche no sube el nivel del río, vamos a estar complicados”.
Para intentar mantener el servicio, expresaron que realizarán acciones como: “se acelerará la vinculación a una perforación de 10 pulgadas que se hizo de ocho metros cúbicos en el barrio Trabajadores. Es decir que se apurarán los trabajos de vinculación a la red para inyectar la mayor cantidad de agua que podamos”.
A su vez, recalcaron que hasta ayer se encontraba funcionando una bomba chica de la toma del arroyo Mbocay, y que por eso “la planta trabajó al 30%”. A su vez, manifestaron que “siempre se verán afectados los barrios altos porque con esa producción no logramos vencer la altura”.
Por consiguiente, mencionaron que “la idea es inyectar agua del otro lado de los barrios Villa Alta y Belén que son los que están en la parte más elevada; en tanto que Trabajadores se sitúa donde comienza la inclinación. Por eso, se buscará inyectar agua y que el poco líquido que se envía no se escurra sino que sea como un tapón hidráulico”.
“Trabajarán los dos camiones surtidores de agua, los Bomberos y los que disponga la Municipalidad. La idea es reforzar la producción”, enfatizaron.
Indicaron que “la planta siempre tiene agua porque la toma del Mbocay está en funcionamiento y la cisterna más vieja siempre está llena. Ese también es un surtidor de agua para los vecinos”.
Fuente: Primera Edición