Finalmente llegó la tranquilidad para la comunidad de Puerto Iguazú y para los trabajadores del Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre Güirá Oga de Puerto Iguazú tras la captura del segundo puma que había escapado junto a su hermana del recinto.
En un operativo exitoso, desde la organización agradecieron a las fuerzas de seguridad, a la prensa provincial y a la comunidad por el trabajo en conjunto, el cual logró que “Espumita” y “Arana” ahora ya se encuentren a salvo en el recinto.
Estas dos hembras tristemente no pueden volver a su habitad natural, según indicaron desde el centro, ya que desde pequeñas fueron retiradas de su hogar ilegalmente por un colono que mató a su madre.
Jorge Anfuso y Silvia Elsegood, fundadores y directores del centro, expresaron su tranquilidad y gratitud a todo su equipo, así como a aquellos que manifestaron preocupación. También agradecieron a cada institución que contribuyó a alcanzar este desenlace exitoso, según se informó en un comunicado de prensa publicado el domingo en sus redes sociales.
Operativo de recaptura
El sábado pasado, cuando se produjo la desaparición de los animales, el centro Güirá Oga activó rápidamente todos sus protocolos internos.
“Evacuamos a los visitantes que en ese momento estaban recorriendo el refugio, así como al personal que no estaba asignado al área de trabajo con los animales. Esto permitió que, en menos de una hora, el personal especializado veterinario, acompañado por todo el equipo técnico profesional de Güirá Oga y los cuidadores de animales, lograra recapturar a la puma hembra “Espumita” (hermana de “Arana”), a pesar de las condiciones de poca luz y la llovizna”, relataron.
Al no poder recapturar rápidamente a la segunda puma y considerando la posibilidad de que el animal saliera del predio de Güirá Oga, se puso en marcha la segunda fase del protocolo. En primer lugar, se comunicó el suceso a las comunidades cercanas al refugio, como el Barrio Orquídeas, la comunidad M´Bya Fortín M´Bororé y el Ejército Argentino.
La segunda medida fue la coordinación con instituciones afines y las fuerzas de seguridad locales. Para ello, se realizó una reunión de urgencia con representantes del Ministerio de Ecología de la Provincia, Parques Nacionales Iguazú, el Ejército Argentino (Escuela Militar de Monte), la Policía de la Provincia, la Fundación Vida Silvestre Argentina y el Proyecto Yaguareté.
“A partir de esta reunión, se generó una estrategia dividida en etapas de acuerdo con el movimiento del felino. Todas las instituciones brindaron rápidamente su colaboración y se sumaron más cámaras foto-trampa, trampas-jaula, recursos humanos y experiencia para llevar a cabo relevamientos y rastrillajes en la zona”, explicó Anfuso.
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Se trabajó especialmente con la comunidad Fortín M´Bororé, ya que dos días después de la liberación de “Arana”, se encontraron huellas cerca de dicha comunidad. El personal de Güirá Oga brindó asesoramiento continuo sobre cómo comportarse en caso de encontrarse con el felino.
“Se llevó a cabo numerosos rastrillajes en el borde del monte para evitar alterar la conducta del felino, del cual sabíamos que estaba en la zona. Además, se mantuvo una vigilancia constante en toda la periferia de Güirá Oga, sin dejar un solo momento sin recorrer toda el área durante el día, mientras que las cámaras trampa se encargaban de la vigilancia nocturna”, explicaron desde el centro.
Así fue que personal de la institución observó el sábado por la mañana a “Arana” desplazándose con rumbo a un sector cerca del recinto y comunicándolo al resto del personal, lograron finalmente encausarla hacia su recinto sin inconvenientes.
“Para el ingreso al mismo fue clave el vínculo de su cuidador con ella, ya que mediante el llamado a través de un silbido característico (reflejo condicionado) y al reconocerlo ayudó a que ingresara donde se encontraba la comida ofrecida”, detallaron sobre las técnicas que llevan adelante como especialistas de rescate de fauna silvestre.
Con el animal a salvo, el equipo del Centro Güirá Oga comunicó la buena noticia a la población y brindó un especial agradecimiento a la prensa de la provincia que “desde el minuto 0 se interesó y divulgó la noticia y comprendió que el protocolo para contingencias contempla la comunicación mediante gacetillas de prensa. La cobertura de los medios locales tuvo tal impacto que la noticia incluso llego a medios de comunicación extranjeros.
“Agradecemos el rol que cumplieron para transmitir y llevar tranquilidad a la población local y turistas” expresaron en el comunicado.
La historia de “Espumita” y " Arana”
En el año 2016, guardaparques del Ministerio de Ecología de la zona norte de la Provincia de Misiones, recibieron una comunicación anónima, sobre un colono que poseía en su chacra dos cachorros de “Yaguareté”.
Inmediatamente los guardaparques, realizaron investigaciones y lograron después de una semana determinar en donde podrían encontrarse ambos felinos.
Sin embargo y al momento de presentarse ante un colono de la localidad de Wanda, pudo decomisarse un solo animal, pues según los dichos de la persona, no había otro. Se comprobó inmediatamente, que no se trataba de un cachorro de yaguareté sino de puma, que al poseer algunas manchas oscuras en el cuerpo característico de todo cachorro de esta especie puede confundir a quién no los conoce.
El pequeño fue entregado a Güirá Oga, donde se determinó que era lactante y se trataba de una hembra, se encontraba en buen estado, la llamaron “Espumita”.
Sin embargo, los guardaparques ante la sospecha de que en realidad se trataba de dos animales, continuaron investigando hasta que 10 días después, lograron atrapar al colono con el otro animal al que pretendían vender.
Se produjo así el decomiso del segundo puma que resultaron ser hermanas, pues el chacrero confesó, que había matado a la madre y se quedó con las crías.
Ingresada también a Güirá Oga, se la llamó “Arana” y se criaron juntas de lactantes, hasta que dos años después, se colocaron en un recinto de amplias dimensiones en medio de la selva de Güirá Oga.