El cura Raúl Sidders, que actualmente se desempeñaba como secretario del Obispado de Iguazú, fue beneficiado con prisión domiciliaria, tras ser denunciado por abuso. Sin embargo, la resolución judicial, podría no hacerse efectiva ya que la defensa de la víctima presentó una apelación.
Luego de ser denunciado por una mujer, que dijo haber sido abusada por el sacerdote entre el 2004 y el 2008, cuando la víctima tenía entre 11 y 14 años y asistía al establecimiento San Vicente de Paúl de la ciudad de La Plata, el juez Crispo dictó la prisión preventiva para el cura acusado del delito de abuso sexual gravemente ultrajante por su duración en el tiempo y circunstancias de realización doblemente agravada.
Sin embargo, ante el dictamen la defensa del sacerdote solicito la prisión domiciliaria, y el magistrado otorgó el beneficio bajo la modalidad de prisión preventiva en un domicilio en el municipio de Pilar, con control de monitoreo electrónico.
Tras la medida que beneficia al acusado, el abogado de la víctima, Juan Pablo Gallego, presentó una apelación para que la resolución sea revisada por la Cámara de Garantías, ya que considera que Sidders no cumple los requisitos para obtener prisión domiciliaria.
No obstante, ante la apelación el encarcelamiento domiciliario no podrá hacerse efectivo, en tanto el fallo no quede firme en Instancia Superior.