Luego de que estallara un escándalo en la localidad misionera de San Antonio cuando se descubrió que el jefe de la sección, de Gendarmería Nacional vendiera cebollas incautadas, que debían ser destruidas, otros seis uniformados fueron pasados a disponibilidad por el hecho.
Los primeros detenidos de la fuerza fueron el jefe de sección de San Antonio y un subordinado, ambos de 20 años. Además, cayeron un funcionario del Senasa, un testigo y otro civil que fue el encargado de vender la mercadería de forma ilegal.
Según El Territorio, este martes otros seis gendarmes fueron pasados a disponibilidad por incurrir en una falta denominada grave, por lo que ya están apartados de sus funciones.
Entre los sancionados se encuentran el jefe y el subjefe del Escuadrón XII de Bernardo de Irigoyen, sede de la cual dependen las secciones de San Antonio -donde ocurrió el hecho- y también San Pedro. En horas de la siesta de ayer ambos abandonaron sus cargos y en un pequeño acto sus reemplazantes ya tomaron posesión.
Todos permanecen aún detenidos a disposición del Juzgado Federal de Eldorado, a cargo del magistrado Miguel Ángel Guerrero, pero las consecuencias puertas adentro de la fuerza fueron aún mayores.