Son alumnos del Instituto José María Ruperto Gelós. Iniciaron el trabajo de investigación en 2018, acompañados de la profesora de Física y Química trabajando en un proyecto con finalidad ecológica que como resultado demuestran que se puede hacer papel usando la celulosa que se obtiene del pasto.
Son jóvenes de 17 y 18 años de la ciudad de Gualeguaychú, quienes lograron, junto a su profesora de Física y Química, hacer papel de una manera nunca vista hasta el momento.
“Papel a partir de
Stenotaphrum secundatum
(
)”, ese es el título del resumen que elaboraron para exponer su trabajo científico.
En ese texto, los chicos cuentan que la investigación presenta una finalidad ecológica, ya que
plantea la posibilidad de emplear una fuente de celulosa distinta a la madera
y, por lo tanto, reducir la deforestación. “
. Además se estima que un eucalipto
, es decir, que si cada hectárea contiene en promedio unos 1000 árboles, ello implica un consumo diario de 20.000 litros, que traducidos a metros cúbicos, significa 20m3 por hectárea y por día”.
Explican que el stenotaphrum secundatum ─más conocido como gramillón─ es un césped muy común en climas cálidos, que se caracteriza por su rápido crecimiento y por ser tolerante a la falta de agua. Además, puede resistir variaciones de temperatura que no se encuentren por debajo de los 10 grados centígrados.
Los jóvenes
estudiaron
y
perfeccionaron el proceso
de obtención
de la pasta de celulosa
a partir del pasto por el transcurso de un año y medio. En el texto que redactaron para explicarlo,
detallan
que de acuerdo a los
datos experimentales
obtenidos,
. Además, una vez cortado, el pasto demora 15 días en volver a recobrar la altura para ser nuevamente utilizado.
El proceso consiste en la molienda del césped junto con óxido de calcio. De esta manera, la lignina se va solubilizando con el propio contenido de humedad. Luego se enjuaga con agua y se procede a realizar una cocción con hidróxido de sodio para obtener la celulosa y quitar los restos de lignina. La pasta resultante se blanquea y se prensa a alta temperatura, teniendo en cuenta una reducción de agua del 95% por evaporación.
“
La obtención de materia prima
para la fabricación de este papel
es muy ecológica,
si se tiene en cuenta la cantidad de espacios que cuentan con este tipo de
. Además, el tiempo de crecimiento y el consumo de agua dulce es mucho menor que el de los árboles destinados a la fabricación de papel. Por último, se debe considerar que estamos en un período de transición hacia alternativas más ecológicas y ningún método por sí sólo es la solución, sino que se debe hacer una combinación de técnicas que ayuden a reducir el impacto sobre el medioambiente”, consideran.
María Florencia Aguiar, junto a sus alumnos de quinto año del Instituto José María Ruperto Gelós, comenzó a trabajar en un proyecto de investigación que tenía como objetivo reducir la tala de árboles: "Sabemos que los árboles son quienes absorben el dióxido de carbono, uno de los principales responsables del calentamiento global. Entonces, a través del estudio de los tejidos vegetales y formulas químicas pensamos alternativas y se nos ocurrió sacar la celulosa del pasto".
Aguiar decía, "Estuvimos trabajando con una variedad conocida como gramillón, muy común en climas cálidos, que tiene la ventaja de consumir muy poca cantidad de agua. Hicimos una serie de experimentos y logramos obtener un 40 por ciento de celulosa, fue la variedad que mejor resultado nos dio".
"Estamos desarrollando el proceso para obtener celulosa de cualquier variedad, porque lo importante es el proceso. Se obtiene la misma cantidad de celulosa que se obtiene de un árbol con la diferencia de que un árbol tarda siete años en tomar la altura necesaria para ser talado, mientras que el pasto, en 15 días se repone y vuelve a tener la misma altura. De esta manera nos ahorramos la tala y también el agua, porque un eucalipto consume 20 litros de agua por día", explicó.
Un logro científico
"Logramos hacer pasta de celulosa pura y logramos obtener papel", expresa de modo contundente la profesora, quien además de sentir una enorme alegría, tiene una gran satisfacción: "Quedamos muy contentos porque si lo hiciéramos a nivel industrial no tendría diferencia con el papel que conocemos. Esta pasta puede derivarse para hacer papel, que es una de las industrias que más árboles tala, pero también se podría aplicar a otros procesos industriales".
Por su parte,
Lucas Leonel Correa (alumno)
contó: “
Era bastante nuevo para nosotros y fue interesante y hasta divertido
. Nos generaba intriga y a la vez felicidad por si llegaba a funcionar. Hoy estamos felices de que haya salido bien, vamos a hacer pruebas para ver si se puede escribir en este papel”.