El pasado viernes, la policía de Formosa reprimió con gases lacrimógenos y balas de goma a los vecinos y comerciantes que protestaban por el regreso a la fase 1 del aislamiento en la capital de la provincia. La jornada terminó con personas heridas y detenidas. En este marco, la Iglesia expresó preocupación.
El obispo de Formosa, José Vicente Conejero Gallego, condenó el accionar de la Policía provincial durante las manifestaciones. Tras el documento publicado por la Conferencia Episcopal Argentina, firmado por su presidente Oscar Ojea, el religioso sostuvo que el gobierno de Gildo Insfrán “debe revisar algunas de sus medidas” y “hacer autocrítica”.
“Estos últimos días fueron bastante movidos. Todos buscamos la concordia y la paz, pero a veces son inevitables los conflictos. En el fondo, se mueven muchos intereses, de todo tipo, social, político y económico. Yo hago una lectura desde la fe, teniendo como bandera la palabra de Dios. Debemos retener lo bueno y condenar lo que está mal, como lo es la violencia”, expresó en diálogo con radio La Red.
En este sentido, añadió: “Lo del viernes fue un exceso. Uno no puede negar que, dentro de la movilización pacífica, hubo violencia también. Nosotros tenemos que rechazar y erradicar toda violencia, sea cual sea el lugar de donde provenga. Cada uno debe examinar la conducta que tiene y hacer autocrítica”.
El obispo Conejero Gallego habló, además, de su nula relación con el gobernador Gildo Insfrán diciendo: “No tenemos un diálogo fluido, esa es la realidad. Nosotros hemos tenido distintos reclamos y nunca nos han respondido una carta o contestado el teléfono”, afirmó.