Cinco años y medio después del crimen que conmocionó a Santiago de Liniers, el juicio por el asesinato de Faustina Antúnez y el intento de homicidio de su esposo, el exintendente Arnoldo Schoenfisch, dio un vuelco inesperado.
Hasta ahora, el único acusado era Pablo Schoenfisch, hijo de la pareja, quien fue detenido en 2020 y llegó al juicio imputado por homicidio y tentativa de homicidio calificado por el vínculo y el uso de arma de fuego. Sin embargo, durante las primeras audiencias del debate oral, el propio Arnoldo sorprendió al tribunal al asumir la autoría del hecho, afirmando que él fue quien mató a su esposa y luego intentó quitarse la vida.
Esa declaración motivó que el Tribunal Penal de Oberá, integrado por Adriana Andino, Atilio De León y Eduardo Jourdan, resolviera suspender el juicio hasta que se determine la situación procesal de Arnoldo Schoenfisch en la etapa de instrucción. Los magistrados consideraron que su testimonio debe ser analizado nuevamente para evitar posibles irregularidades o nulidades en el proceso.
La Fiscalía, a cargo de Federico Rodríguez, expresó su disconformidad con la medida, al considerar que las afirmaciones de Arnoldo carecen de sustento y que la defensa busca dilatar el proceso. Por su parte, los abogados defensores de Pablo solicitaron su excarcelación, argumentando que la confesión del padre refuerza su inocencia.
El tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta la mañana siguiente para resolver los pedidos de ambas partes, mientras la investigación del crimen —ocurrido el 20 de mayo de 2020— vuelve a ponerse bajo revisión tras un sorpresivo cambio en el rumbo de la causa.
































