El padecer de una familia -una madre y sus siete hijos- que vive en condiciones de extrema vulnerabilidad, movió la fibra más humana de la sociedad de Capioví, cuyos integrantes se pusieron al hombro el problema y buscan darle, al menos, una solución a la carencia habitacional de esta vecina y los chicos.
Vecinos, el propio Juez de Paz, empresas que donaron materiales y policías que ofician de albañiles, se unieron para mejorar y ampliar la casa de Clara y sus siete hijos, residentes en el barrio Ackerman.
Ahora, la situación de Clara y sus hijos comenzó a cambiar, con “pequeñas” acciones que demuestran el gigante compromiso de estos pobladores de este apacible pueblo emplazado a la vera de la Ruta 12, de ayudar al prójimo.
Policías que se desempeñan en Capioví, junto al Juez de Paz, Jerónimo Pujol, decidieron brindar una ayuda para que una familia pueda tener su vivienda en condiciones dignas, y además, en estos tiempos, puedan cumplir con comodidad el Aislamiento Preventivo Social Obligatorio por la pandemia del coronavirus.