La sequía tiene cada vez más impacto dentro de las políticas que puede aplicar el Gobierno y esto podría verse trasladado en lo que consumen en el día a día los argentinos como también problemas a futuro, en un año electoral. En ese marco, hay una presión sobre los precios de los granos que podrían generar una baja en sus valores.
La preocupación crece, por un lado, por la cantidad de dólares que quedarán a disposición del Gobierno que tomé el curso este año, ya sea oficialista u opositor. Lo cierto es que la falta de lluvias tiene en vilo a los ejecutivos del Banco Central puesto que temen que haya un menor ingreso de dólares.
En ese sentido, informes de diferentes consultoras, señalaron que estiman “una caída de reservas netas de USD 6.300 M”, lo que implica que en el final del 2023 habrá “un stock algo por encima de los USD 1.000 millones”. “Se trata de un nivel comparable con los mínimos históricos e incluso por debajo del registrado en la transición presidencial de 2015″, agregó.
¿Por qué aparece esta preocupación? Primero que nada, una de las primeras obligaciones que tiene el Gobierno es cancelar una de las cuotas de la deuda con el Fondo Monetario Internacional por más de USD 3.400 millones. En ese sentido, el Ejecutivo sabe que habrá una menor producción a causa de la sequía y que muchos productores tienden a dolarizar sus activos antes de las elecciones.
En diálogo con Vía País, Jorge Chemes, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, habló sobre las pérdidas de la cosecha y señaló que “el daño no sé si puede llegar a tener una pérdida del 60%, pero sí, creemos que si el trigo hemos tenido el 50% de pérdida en la cosecha y hoy se habla que los maíces de primera entre el 70 y el 80% están perdidos, creo que estamos hablando de cifras, sumamente importantes y que, sin ninguna duda, van a impactar fuertemente en lo que los sistemas productivos”.
La presión sobre los precios de los granos, otra preocupación para la Argentina
Además de la situación que describimos anteriormente, ahora se suma una nueva preocupación que es la caída en la demanda de productos, como también una posible baja en el precio global de los granos.
Según un estudio que realizó la Bolsa de Comercio de Rosario el pasado 12 de enero, al inicio de la campaña se proyectaban 19,7 Mt, mientras que hoy apenas se esperan 10,7 Mt. Hay medio millón de haciendas sin sembrar y se registró una caída en picada de rindes potenciales: se esperan tan solo 23 quintales por hacienda en solo tres meses de cultivo.
“Hoy se espera producir 10,7 Mt y el número se desbarranca y cede a cada semana. Esta baja se debe por sobre todo a la fuerte caída de los rendimientos potenciales por el escaso crecimiento que muestra el cultivo en zona núcleo”, señala en el informe el ente.
En ese sentido, se espera que pueda ser la tercera peor cosecha argentina de los últimos 15 años, en medio de la campaña más seca en más de 60 años. Esto hizo que las expectativas por las plantaciones en el país caigan y desde Estados Unidos sostienen que la Argentina tendrá reducciones de hasta 10 millones de toneladas.
Por su parte, el mercado proyecta una producción récord en la soja brasileña, con estimaciones cercanas a los 152 Mt, aumentando a 25 Mt respecto del año pasado. Las exportaciones brasileñas de soja para este año se estiman en un récord de 97 Mt. Esto está muy por encima del récord anterior de 86,1 Mt establecido en el año comercial 2020/21.
Qué expectativas climáticas hay en la Argentina
Chemes señaló a este medio que si bien se esperan lluvias, la realidad marca que la recuperación puede ser lenta y llevará un tiempo prudencial hasta poder tener en correctas condiciones la tierra para tener altas producciones de cosechas.
“La información que estamos teniendo marcan claramente que el primer trimestre de este año empezaría a generarse este cambio climático, pero digo empezaría porque el proceso va a ser muy lento. Con lo cual estimamos que recién en el segundo semestre del año podemos ver que las lluvias estarían normalizadas”, adelantó.
Aunque advirtió: “Cuando llueva no va a llover pasto ni tampoco van a llover cultivos. Si bien el régimen de lluvia se va a ir normalizando, también va a llevar tiempo hasta que se encamina nuevamente todo lo que es el aparato productivo, el proceso en el cual uno pueda empezar a preparar tierras para cultivos, donde empecemos a ver los primeros rebrotes de campo que se puedan sembrar las primeras praderas y todo este resultado se va a ver creo recién en el segundo semestre o sobre el final de este año”.