Aunque la mayoría de las provincias mantienen sus cuentas ordenadas, el Gobierno nacional insistió en que profundicen el ajuste, lo cual provocó el rechazo de varios gobernadores.
“Hay jurisdicciones que están haciendo un buen trabajo y hay otras que no. Después cada uno sabrá qué hacer y cuál es el trabajo que le corresponde hacer, si tiene o no que corregir el camino de sus gastos”, insistió este lunes el vocero presidencial, Manuel Adorni.
El portavoz sostuvo que “el presidente lo que hizo sin distinción es apelar al equilibrio fiscal, a que todas las provincias tengan como regla el equilibrio fiscal, como también los más de 2.000 municipios que tienen que tener control de sus cuentas y tratar de que sus arcas estén equilibradas”.
En tanto, el diputado de La Libertad Avanza (LLA) José Luis Espert corrigió los dichos del jefe de Estado y fijó en US$ 20.000 millones el recorte del gasto provincial en lugar de los US$ 60.000 millones que había dicho el presidente, Javier Milei, en su discurso al Congreso.
Los embates de la Casa Rosada ya tuvieron réplicas desde Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe y Salta, entre otros, rechazando la imposición.
El presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados explicó que el gasto público total, Nación, Provincias y Municipios, alcanza al 33% del PIB, estimado en US$ 600.000.
De ese total, “14% lo gastan las provincias, es decir US$ 64.000 millones “y de ahí tienen que hacer el recorte, que deberá ser US$ 20.000 millones”, precisó aunque sin poner plazos.
“Acá lo que tiene que venir es un gran ajuste de empleo público en provincias y municipios. Sin la colaboración de ellos no se llega ni en motoneta al gasto de 25 puntos del producto en lugar del 33 en el que estamos hoy”, advirtió el economista.
La concepción del gobierno de Milei es precisamente achicar el monto del gasto público a 25% del PBI desde el 33% actual para liberar esos recursos a través de una baja de impuestos, manteniendo al mismo tiempo las cuentas equilibradas. Pero continuar con el ajuste en provincias con equilibrio es un desafío que muchos gobernadores intentarán eludir, más allá de las presiones que puedan llegar desde la Casa Rosada.
No obstante, cabe recordar que este es uno de los compromisos asumidos por los firmantes del “Pacto de Mayo” que, hasta el momento, yace en meros enunciados.
La actualidad económica en las provincias
La exigencia del Gobierno nacional choca contra la realidad de la gran mayoría de los Estados provinciales que han acompañado la caída de ingresos por la recesión y la eliminación de las transferencias discrecionales con reducción del gasto.
Incluso este comportamiento fue ponderado por un reciente informe de la calificadora internacional de riesgo Moody’s en un documento que distribuye entre los inversores al que accedió este medio: “Los subsoberanos argentinos presentaron márgenes operativos positivos durante el primer trimestre de este año, e incluso, superiores a los del mismo período del 2023. Esto se explica principalmente por los ajustes realizados en materia de gastos, los cuales superaron las caídas observadas en los ingresos de los Gobiernos Locales y Regionales (GLR)”.
Por su parte, un trabajo de la consultora Politikón Chaco precisó que “entre las 24 jurisdicciones subnacionales, 22 cerraron el primer trimestre con superávits tanto primarios como financieros, mientras que dos lo hicieron con déficits en ambos niveles”.
La misma relación se observó en el caso de los resultados primarios lo que implica una notable mejora respecto del mismo trimestre del año pasado cuando 10 provincias habían tenido déficit. Todas ellas pasaron a ser superavitarias en el arranque de 2024, entendiendo el nuevo tiempo que tenían por delante (Catamarca, Chaco, La Rioja, Salta, San Juan, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán y Tierra del Fuego).
Cuando se observa el resultado financiero el escenario es similar: 22 distritos cerraron el período enero/marzo de 2024 con resultado favorable y sólo dos quedaron en rojo. Y también una decena de provincias que iniciaron 2023 en rojo pasaron a tener superávit financiero (o sea, luego de pagar los servicios de la deuda).
El trabajo realizado en base a los informes que publica cada provincia concluyó que “el consolidado de las jurisdicciones subnacionales presentó un resultado económico operativo (que surge de la diferencia entre ingresos corrientes y gastos corrientes) superavitario por $ 2,9 billones (+11,5% real respecto a igual período del año anterior) que equivale al 19% de los ingresos corrientes, cuando en el primer trimestre del 2023 registró un superávit económico operativo por el 14,4% de los ingresos corrientes”.
Este escenario macroeconómico provincial da cuenta que a reducir ocho puntos más el gasto no será una tarea sencilla que se abordará en el corto plazo.
La alternativa es una decisión política de al menos no incrementarlo y que la propia dinámica de crecimiento de la actividad económica lleva al gasto a converger al nivel deseado por la Casa Rosada.
Pero no parece ser 2025 el año ideal para poner en práctica un congelamiento real del gasto dado que será el año de la elección de medio término donde el oficialismo aspira a consolidar su poder en el Congreso y para eso necesitará de alianzas difícil de consensuar con la billetera cerrada.