En un nuevo capítulo de la batalla diaria que el gobierno está librando en el mercado de cambios, la Comisión Nacional de Valores (CNV) dio a conocer este lunes una resolución que apunta a restarle volumen a las operaciones de compra de dólares en la Bolsa, lo que facilitará la intervención oficial para bajar la brecha y arrastrar al “Blue”.
Las medidas, implementadas a través de la Resolución 959 del organismo, entrarán en vigencia mañana con su publicación en el Boletín Oficial.
La norma prohíbe a los agentes de Bolsa comprar dólar MEP o Contado con Liquidación (CCL) si tomaron el dinero a través de cauciones o pases (o sea, créditos en el mercado financiero).
Además, al cierre del día, las operaciones de compra y de venta de MEp y CCL de cada una de los Agentes de Bolsa deberán ser de saldo neutro en sus cuentas.
“En la demanda de dólares financieros hay operaciones de personas, pero también de sociedades de Bolsa y traders con experiencia que realizan estos movimientos especulativos y nosotros queremos cortar con esa opción”, señalaron fuentes de la CNV.
Al respecto cabe apuntar que este tipo de operaciones se realizan entre privados y por ende no se afecta un solo dólar de las reservas.
Por lo tanto, el objetivo final es que haya menos operaciones y al gobierno le resulte “más barato” la intervención en ese mercado con los bonos que tomó en canje de los organismos públicos.
En esta obsesión por mantener a raya el precio del dólar en todas sus versiones, la semana pasada en el pico de la corrida cambiaria, la CNV junto a la Unidad de Investigación Financiera (UIF) realizó una serie de allanamientos en agentes de Bolsa en busca de maniobras irregulares, acciones sin ningún resultado parecido al buscado.
Para los operadores apuntados este tipo de operaciones financieras no son más que la búsqueda de rendimientos dentro de las reglas de mercado y especialmente cobertura para los capitales ante la incertidumbre general.
La escasez de dólares se agudizará en las próximas horas cuando el total de las reservas internacionales inicien la semana por debajo de los U$S 35.000 millones, a raíz de un nuevo pago al FMI por US$ 731 millones correspondientes a intereses del crédito otorgado en 2018 a Mauricio Macri.
El último viernes las reservas cerraron en US$ 35.296 millones, luego que ese mismo día se le giraron al organismo internacional US$ 681 millones en concepto de capital del mismo crédito.
De esta forma en un plazo de 48 horas, Argentina desembolsó US$1.420 para el FMI, condición indispensable para que no se caiga el programa en curso y se mantengan las negociaciones.
Desde el viernes 28 de abril un grupo de funcionarios del Ministerio de Economía se encuentra en Washington definiendo cómo continuará el crédito de Facilidades Extendidas que firmaron en marzo de 2022 la Argentina y el organismo.
El país incumplió las metas del primer trimestre de este año y en consecuencia es necesario definir cómo sigue, dado que el FMI puede dar un waiver (perdón) sobre los incumplimientos o recalibrar todos los objetivos anuales bajo otros parámetros.
Si bien la delegación hace tres días que negocia en Washington no han trascendidos detalles las conversaciones.
Desde el punto de vista local, existen expectativas sobre cuáles serán las exigencias que el FMI impondrá para mantener vigente el acuerdo. En el plano internacional, esos mismos condicionamientos y la posibilidad de ser cumplidos definirán el comportamiento de los inversores, especialmente sobre los bonos soberanos.
Entre los puntos centrales está la pauta de déficit fiscal. La meta del primer trimestre fue incumplida ($ 680 mil millones contra $ 440 mil millones) y la anual de 1,9% luce muy difícil de alcanzar, máxime en un año electoral.
Otro punto es el flujo de divisas entre la Argentina y el FMI ya que el programa de desembolsos y pagos de 2023 es deficitario para el país en US$ 3.000 millones.
La aspiración del equipo económico es conseguir fondos frescos para hacer un puente de dinero hasta las elecciones, ante la falta de ingresos por US$ 20 mil millones por efecto de la sequía.