El 2023 de la economía argentina comenzó con focos de preocupación en el Gobierno no solo por una inflación galopante y un dólar que no para de subir, sino que también la falta de reservas del Banco Central empieza a jugar fuerte en el día a día de los argentinos.
En ese sentido, un informe de Ecolatina advirtió sobre el arranque de la balanza comercial argentina, teniendo el peor déficit en los últimos 5 años. Se trata del registro del déficit de marzo que alcanzó los -USD 1.100 millones, siendo el número más alto desde agosto de 2018.
De esta manera, la balanza comercial en el primer trimestre del año acumuló un déficit de USD 1.300 M, constituyendo el peor arranque en 5 años.
“Las exportaciones cayeron por 4° mes consecutivo. Sumaron USD 5.700 M (-22% i.a.), con volúmenes que volvieron a desmoronarse (-17% i.a.) y precios internacionales que, lejos de compensar, retrocedieron por 2° mes al hilo (-6,5% i.a.)”, señaló el informe de la consultora económica.
“Las importaciones mostraron un mayor dinamismo al de los meses recientes. Las compras externas alcanzaron aproximadamente los USD 6.800 M (-4% i.a.) y se colocaron muy por encima del promedio de los últimos cinco meses (+USD 1.300 M). No obstante, los volúmenes siguen en baja (-6,5% i.a.), parcialmente compensado por precios anotando un leve repunte (+2,3% i.a.)”, agregó.
El principal problema que tiene la balanza comercial argentina es el fuerte efecto de la sequía en los campos, donde se perdieron toneladas de cosecha y las estimaciones hablan de 27.000 millones de dólares menos para la economía nacional, lo que representa el 4% del PBI.
“El desplome de las ventas externas de Trigo (-76% i.a., -USD 460 M) siguió reflejando el impacto de la sequía, al que se le añadió la caída en Maíz (-20% i.a., -USD 158 M). De esta forma, el rubro Productos Primarios (PP) rozó los USD 1.400 M (-33,5% i.a.), una caída explicada exclusivamente por un marcado retroceso de las cantidades (-37% i.a.), con precios que compensaron ligeramente la merma (+5% i.a.)”, señaló el documento.
En tanto, otro de los efectos de la sequía, es que las importaciones de porotos de soja marcaron un récord histórico para un marzo, llegando a explicar el 12% de las importaciones, otro récord. Las compras de estos granos son utilizadas para su transformación y posterior comercialización como aceite y harina y pellets.
Las expectativas para el resto del año, con el complejo electoral en el medio
Las pérdidas de la sequía son consecuencias que se verán a lo largo del año, donde las proyecciones de la caída de la cosecha no encuentran piso. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) volvió a recortar esta semana su estimación de producción de soja a 22,5 M/Ton, el peor registro desde al menos la campaña 2000/01.
Además, las economías regionales se encuentran también muy golpeadas por las inclemencias climáticas: el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) estima que la producción total de uva caería un 21% anual en 2023, siendo la peor campaña desde 2011 e hilvanando dos años de caída consecutiva -la campaña 2022 es la segunda más baja desde 2011.
El foco estará puesto en el pago al Fondo Monetario Internacional, donde el Gobierno buscará modificar las metas en las reservas del Banco Central, algo que cada vez parece más complicado cumplir a medida que pasan los meses.