La crecida del dólar blue de los últimos días dejó en evidencia una de las grandes preocupaciones para el Gobierno de cara a lo que viene este año. Es que desde que abrió el Programa de Incremento Exportador (PIE), conocido popularmente como nuevo “Dólar Agro”, las liquidaciones del Central no pueden superar las anteriores versiones de la medida.
El objetivo del equipo económico era alcanzar los 9.000 millones de dólares en las reservas netas del Banco Central para agosto, en un contexto donde se deben afrontar pagos con el Fondo Monetario Internacional como también un contexto de suma complejidad producto de la sequía como de la fuerte inflación que viene afectando el bolsillo de los ciudadanos.
En ese sentido, la consultora Quantum Finanzas definió que hay un “contexto complejo” en lo que resta del año de cara a poder cumplir con las metas económicas. El informe comparó las dos ediciones del dólar soja con el dólar agro que incluye también productos de las economías regionales.
“La tercera edición del Dólar Soja está generando menor oferta inicial de divisas a la anticipada por el Gobierno, y no está contribuyendo al objetivo de acumular reservas”, señaló el informe. “Desde su inicio, las compras netas acumuladas efectuadas por el Banco Central en el MULC por US$ 371 millones (datos al 17 de abril), se ubican levemente por debajo de lo ocurrido en la versión 2, y muy por debajo de la versión 1, cuando en el mismo tiempo las compras netas acumuladas alcanzaron US$ 1.194 millones”, agregó.
Esto empieza a ser un dolor de cabeza para el equipo económico que esperaba poder continuar acumulando reservas como lo hizo con la primera versión del programa. Sin embargo, la brutal sequía dejó el panorama aún más oscuro para el gobierno.
De acuerdo a un informe de la Bolsa de Comercio de Córdoba, por la sequía se esperan pérdidas de entre US$ 21.000 y US$ 27.000 millones, una cifra que equivale al 4% del PBI. En ese sentido, la soja será el cultivo más afectado, ya que estiman que su cosecha perderá más del 45% de su valor, lo que representa de US$ 13.000 a US$ 15.500 millones menos que en 2022.
Por otra parte, si bien el incentivo para exportar medido por la diferencia porcentual entre el Dólar Soja y el tipo de cambio oficial en la versión 3 del programa es de 42%, hubo un cambio fundamental, ya que “actualmente es mayor la tasa de inflación y la tasa de devaluación del tipo de cambio oficial”.
“Al implementarse el ‘Dólar soja 1′, se estimaba que el stock acumulado de soja en silobolsas superaba los 17 millones de toneladas. A ello contribuyeron, entre otros factores, la importante cosecha de 2022 de 42 millones de toneladas. Ahora, las estimaciones de stocks acumulado en silobolsas son de algo menos de 8 millones de toneladas y se estima que en esta campaña la cosecha ascendería a 22,5 millones de toneladas, una caída superior al 45% en los volúmenes disponibles”, agrega el documento de Quantum.
Asimismo, los precios locales, medidos en dólares libres, son menos atractivos que en las ediciones anteriores: “los ingresos adicionales del productor suben en US$ 36 por tonelada en la esta versión del ‘Dólar soja 3′, que se comparan con US$ 53 de incremento en la versión 1 y US$ 33 en la versión 2″, explicó.