Lionel Messi volvió a consagrarse con la Selección Argentina y con un partidazo, en uno de los escenarios más importantes del mundo como Wembley, nada más ni nada menos, que por La Finalissima en la victoria ante Italia. Sin dudas, el capitán argentino se llevó todos los elogios y remarcó que con la celeste y blanca vive uno de los mejores momentos de su carrera.
La Pulga tuvo un verdadero partidazo, siendo completamente determinante en el resultado y con la sensación de que solo faltó su gol, algo que su compañero de equipo, el arquero Donnarumma, le evitó en varias oportunidades.
En el primer tiempo, su calidad y determinación fueron claves para quedarse con una pelota que recuperó Lo Celso. Allí corrió, dejó atrás a Di Lorenzo, se metió casi en el área chica y le sirvió el primer gol del partido para Lautaro Martínez.
En el segundo tiempo, llegó la mejor versión del crack rosarino. En varias oportunidades llegó como asistidor o mismo, con él pateando al arco.
La mejor jugada, sin dudas, arrancó con un robo en campo propio contra Jorginho y corrió casi 70 metros con la pelota, mientras buscaba pase, encontró el hueco y pateó al arco. El arquero la terminó sacando y ahogó el grito de un Wembley que estaba exultante cada vez que Leo agarraba la pelota.
En otro momento, casi hay una combinación con Ángel Di Maria para lograr un gol que debía estar nominado para el “Puskas”, el premio que otorga la FIFA al mejor gol del año.
Un nuevo partido consagratorio para el capitán de la Selección que ahora tendrá la mente puesta en el Mundial de Qatar 2022 y ajustará para lograr tener un buen nivel con el París Saint Germain.