Fe correntina: voluntarios del proyecto Tordo Amarillo protegen a más de 90 nidos de la especie en peligro de extinción

Los proteccionistas comentaron cuáles son las tareas específicas que realizan a diario para salvar al tordo amarillo.

Fe correntina: voluntarios del proyecto Tordo Amarillo protegen a más de 90 nidos de la especie en peligro de extinción
El tordo amarillo, el ave que se encuentra en peligro de extinción en Corrientes.

En Corrientes habitan un sinfín de fabulosas especies, pero muchas de ellas, se encuentran en peligro de extinción, es por eso que, unos voluntarios comprometidos con la causa realizan una serie de campañas para colaborar con la concientización y el cuidado de los animales.

El proyecto Tordo Amarillo es un plan creado por la organización Aves Argentinas, con el objetivo de proteger a dichos pájaros que pasan la vida en los humedales y pastizales correntinos.

Las condiciones del hogar de los tordos amarillos en Corrientes

El coordinador de la iniciativa, Víctor Blanco, mencionó, en diálogo con El Litoral, que “gracias a las lluvias, los bañados y pastizales donde se reproduce el tordo amarillo están en excelente estado, con buena cantidad de agua y mucha vegetación que, años anteriores, por la sequía, no se veía”.

Los nidos de los tordos amarillos, protegidos por los voluntarios del proyecto.
Los nidos de los tordos amarillos, protegidos por los voluntarios del proyecto.

“Por estos motivos encontramos varias colonias, dos de ellas con más de 40 y 50 nidos, donde pudimos poner protecciones para aumentar las posibilidades de supervivencia de los pichones. También anillamos pichones y adultos para identificación y seguimiento en años siguientes”, agregó, entusiasmado con el plan.

Las principales tareas para cuidar a esta especie correntina

Los proteccionistas, para ayudar a esta especie, coordinan las tareas diarias en la colonia y en el campamento. En principio, identifican las parejas reproductivas, luego buscan sus nidos, lo cual acaba siendo una tarea difícil ya que lo hacen dentro del bañado y hay que introducirse más de una vez y terminar con barro hasta las rodillas.

“Cuando los encontramos incubando o en puesta de huevos hay que colocar una protección de media sombra que rodea el nido, de más o menos un metro cuadrado. Los huevos se miden, pesan y marcan para comenzar el seguimiento. Cuando los pichones salen del cascarón se coloca una nueva protección, esta vez de malla metálica, para evitar predadores de todo tipo, aves rapaces, pequeños y medianos mamíferos, ofidios, etc”, indicó el coordinador.

Así es como le colocan los anillos distintivos para identificar al pichón.
Así es como le colocan los anillos distintivos para identificar al pichón.

Además, para saber un poco más de cada una de las crías, también se pesan, miden y marcan los pichones día por medio, hasta llegado el día 10 de su nacimiento, donde se les coloca una serie de anillos metálicos y de colores, su DNI para ser identificados.

Cabe destacar que esto no podría realizarse sin el apoyo de los vecinos de la zona: “La gente local nos viene dando una mano indispensable desde el primer día del proyecto. Muchas veces nos abren las puertas de sus casas para ayudar con la logística de la llegada y partida de voluntarios, nos asisten en el campo ante alguna eventualidad y nos visitan para simplemente pasar un buen rato juntos”.

Los voluntarios del proyecto Tordo Amarillo.
Los voluntarios del proyecto Tordo Amarillo.

Actualmente, los profesionales continúan en el campo, quienes comenzaron a trabajar en el sitio a fines de octubre y prevén terminar a fines de diciembre, y tienen dos campamentos instalados en Alvear y Santo Tomé: “Somos dos guardianes de colonia y hasta ahora participaron 11 voluntarios, que llegaron de Paraguay, Chile, Francia, San Juan, Jujuy, Buenos Aires y Corrientes”.