Los veterinarios de la organización Conservation Land Trust (CLT) determinaron el sexo de las dos crías de yaguareté nacidas hace 40 días. Al ser concebidos en la isla de San Alonso existe la posibilidad de que puedan reintroducirlos en Corrientes que solía ser su hábitat natural. Los cachorros fueron examinados para poder desparasitarlos y pesarlos, el macho pesó 3,330 kilogramos y la hembra 3,050 kilográmos, ambos se encuentran en perfecto estado de salud.
Para poder realizar el primer análisis sanitario de los cachorros, los profesionales Jorge Peña y Ana Carolina Rosas, y la bióloga Maite Ríos, responsable del Centro Experimental de Cría de Yaguaretés (CECY) debieron separarlos de la madre, Tania brevemente por medio de un silbato. La conducieron hacia otro corral con los pitidos que acostumbra a oír como aviso de que va a ser alimentada.
Los veterinarios vistieron mamelucos descartables para evitar el contagio de enfermedades por parte del equipo a las crías. El traje también sirvió para minimizar el contacto humano con los yaguareté y evitar que a su regreso, Tania lo notara en sus cachorros. Desde el CLT afirmaron que "de los resultados del chequeo se desprende que ambos se encuentran en perfecto estado sanitario y que su condición corporal es óptima para su edad".
Los profesionales esperan que con intervenciones mínimas y estrictamente controladas se aseguren de que aumenten las posibilidades de supervivencia sin interferir en el desarrollo y el vínculo con su madre. "Así se espera que conserven su comportamiento natural, condición clave para proceder a su liberación cuando estén en condiciones de independizarse", explicaron.
Esperan que las crías crezcan en los corrales del CECY y aprendan a alimentarse sin contacto con humanos para poder ser liberados en los pastizales del Iberá. Los animales están en una paridera de madera encerrada dentro de una hectárea y media para poder ser observados constantemente por sistemas de videovigilancia. La reinserción de especies en los esteros del Iberá también abarca poblaciones de otras especies que se habían creído extintas como el oso hormiguero, el venado de las pampas, el tapir, el pecarí de collar y el guacamayo rojo. Según publicó La República.