Como cada 5 de julio, los hinchas de Talleres se dejarán invadir por los recuerdos de la gesta deportiva por el ascenso a Primera División en una dramática definición contra Belgrano en 1998, en el viejo estadio Chateau Carreras, colmado por las dos parcialidades.
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La “final del siglo”, como se la llamó, puso frente a frente a los dos clásicos rivales por el primer boleto al fútbol grande que otorgaba el torneo de la Primera B Nacional. Fueron 120 minutos atrapantes, a pura emoción.
Talleres, dirigido por Ricardo Gareca, ganó el partido de ida 1 a 0 por el gol de Alfredo Cachi Zelaya. En la revancha se imponía 1 a 0 por el tanto de Daniel Albornos pero el Pirata igualó por intermedio de Cristian Carnero. Y con 10 hombres, empató con un golazo de tiro libre de Luis Chiche Sosa.
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Tras un calvario en el suplementario, vino la ruleta de los penales. Cristian Binetti estrelló su remate en el travesaño y Roberto Oste, el Lute, desató la locura de media Córdoba al mandar a la red lo que sería el gol de un ascenso inolvidable para la T, hoy por hoy único representante del fútbol cordobés en Primera.