Este 30 de diciembre, se cumplen dos décadas de la muerte de Marcelo Mario Sajen, el hombre que sembró el terror en Córdoba con al menos 93 violaciones comprobadas, aunque se estima que las víctimas podrían ser más de 200.
Su nombre, aún hoy, resuena en la memoria colectiva como sinónimo del miedo que paralizó a una ciudad entera desde la década de 1980. Su historia de terror se terminó con un disparo autoinfligido ante la inminencia de su captura el 28 de diciembre de 2004.
QUIÉN ERA SAJEN, EL VIOLADOR QUE ATERRORIZÓ A CÓRDOBA EN LOS 2000
Marcelo Sajen, conocido como “El Turco”, era un hombre común a los ojos de sus vecinos: padre de familia, esposo aparentemente devoto, incluso asiduo concurrente a misa. Llevaba una doble vida, con dos familias que vivían a pocas cuadras de distancia, cuyas parejas se conocían e incluso se saludaban. Detrás de esa fachada de normalidad, se escondía un depredador sexual que acechaba en las sombras de la ciudad.
Su modus operandi era escalofriante: abordaba a sus víctimas por la espalda, las abrazaba como si fueran parejas y, bajo amenaza de muerte con un arma blanca o de fuego, las obligaba a caminar varias cuadras hasta un descampado. Allí, consumaba las violaciones, robándoles sus pertenencias antes de huir. La zona del Parque Sarmiento y Ciudad Universitaria eran sus escenarios predilectos, sembrando el pánico entre las estudiantes, quienes empezaron a evitar transitar por esos lugares.
La impunidad de Sajen se prolongó durante casi dos décadas. Cometió su primer abuso a los 19 años, en 1985, en la localidad de Pilar, por el que fue condenado a seis años de prisión, aunque cumplió solo cuatro. En 1991, retomó sus ataques, convirtiéndose en un violador serial. En 1999, fue encarcelado por robo, lo que explica la ausencia de denuncias entre ese año y 2002. Al salir de prisión, continuó con sus crímenes.
CÓMO FUE LA INVESTIGACIÓN DETRÁS DE LOS CRÍMENES DE SAJEN
La investigación policial fue, en un principio, ineficiente. Un identikit erróneo llevó a la detención de un hombre inocente durante 41 días. La presión social, el reclamo de las víctimas y la difusión de un correo electrónico alertando sobre el violador, finalmente impulsaron a las autoridades a tomar medidas más serias.
En septiembre de 2004, el fiscal Juan Manuel Ugarte asumió la investigación. A través de un análisis exhaustivo de los expedientes y con la colaboración de las víctimas, logró reconstruir el patrón criminal de Sajen y determinó que el violador había estado preso entre 1999 y 2002. Esa pista fue crucial para identificarlo. Finalmente, gracias a una prueba de ADN realizada a uno de sus hijos, se confirmó la identidad del violador.
EL DÍA QUE ATRAPARON A SAJEN EN CÓRDOBA
El 28 de diciembre de 2004, la policía cercó a Sajen en el barrio Santa Isabel II. Acorralado y sabiendo que su captura era inminente, decidió quitarse la vida con un disparo en la cabeza. Agonizó durante horas en el Hospital de Urgencias, donde falleció el 30 de diciembre de 2004.
La muerte de Sajen trajo alivio a la ciudad, pero también dejó una profunda herida en la sociedad cordobesa. Su caso expuso las falencias del sistema judicial y policial, la revictimización que sufrían las mujeres al denunciar y la necesidad de un cambio en la forma de abordar los delitos sexuales. A 20 años de su muerte, la sombra de “El Turco” sigue presente, como un recordatorio de la lucha por la justicia y la protección de las víctimas.