Era el momento para volver al a victoria, pero Racing no pasó del 0 a 0 en Nueva Italia con Villa Dálmine, el último de la tabla en la Zona B. Al final casi lo pierde y el empate le dejó sabor a derrota por larga racha sin victorias. El técnico Diego Pozo, quien desde su llegada no ganó, quedó en la cornisa.
A la Academia le pasó de todo, menos ganar, y son 14 fechas sin triunfos. Lo que lo mantiene en los últimos puestos, y con la fortuna de que los que están por debajo en la tabla perdieron sus partidos. La situación se le complica cada vez más, y la dirigencia analiza la continuidad de Pozo, quien asumió hace poco más de un mes. El próximo domingo visitará al Deportivo Maipú, uno de los escoltas.
Manuel Pérez, presidente de Racing, prefirió no hablar en público pero para la dirigencia ya es cosa juzgada: el breve ciclo de Pozo tocó su fin. El entrenador fue el último en salir y planteó que seguirá en el cargo porque llegó hace poco.
LA INCREÍBLE MALA RACHA DE RACING
Para Racing era la gran chance sacarse la mufa de encima, ante un rival hundido en el fondo de la tabla, y con otros resultados favorables como la goleada sufrida por Tristán Suárez ante el líder Independiente Rivadavia, y el traspié de Chaco For Ever contra Chacarita.
No lo supo aprovechar la Academia. Sin ideas para atacar, ni intérpretes para convertir, porque no hubo un delantero de área en cancha en un planteo inconcebible de Pozo. Aún así generó llegadas y se perdió goles bajo el arco, contra un limitado rival y además disminuido por la expulsión del defensor Luciano Mansilla a los 25 de la primera parte.
Para la segunda parte ahí sí Pozo mandó a la cancha a Bruno Nasta, Francisco Aman y Marcos Figueroa, tres delanteros como para romper el cero. No encontró los caminos, y al final casi lo pierde, lo que hubiera sido intolerable en Nueva Italia.
EL FINAL DE RACING, PARA EL INFARTO
Con todo Racing lanzado por la victoria y Dálmine aguantando como podía, vino un contragolpe, la infantil falta de Elías Calderón y penal cuando ya no quedaba nada. Se repetía la historia de lo ocurrido con Rafaela como local, y en al derrota ante Deportivo Madryn.
La hinchada de Racing arrojó bengalas y otros proyectiles al campo de juego, con insultos a los futbolistas Albicelestes. El árbitro Nahuel Viñas suspendió el cotejo durante siete minutos, y en la reanudación, Agustín Pereyra ejecutó el penal y la tiró arriba del travesaño. Racing se salvó de lo que podría haber sido un final peor aún.