En el desarrollo de la sexta audiencia y luego de haber postergado su declaración en reiteradas oportunidades, Néstor Soto rompió el silencio en el juicio por Catalina Gutiérrez. Este martes 18 de marzo, recordó cómo fueron las horas fatales y aseguró: “No soy un femicida”.
Néstor Soto rompió el silencio en el juicio por Catalina Gutiérrez
“Lo primero que quiero es pedir es perdón de todo corazón. A la familia de Catalina y a Catalina antes que todo. Soy el responsable de que ella no esté acá. No hay día en el que no piense en ella”, expresó desde Tribunales II.

“No hay forma de que pueda ponerme en los pies de las tres personas (padre, madre y hermana de la víctima), no puedo pedirles nada. Aunque algún día los abrace”, ponderó. “No hay forma de que pueda pedirles perdón pero el arrepentimiento está desde el momento cero”, reconoció.
Néstor Soto le pidió disculpas a su familia y a la de Catalina Gutiérrez
En otro apartado, también le pidió disculpas a los integrantes de su familia. “No sé qué les hice. El nieto y el hijo del que estaban orgullosas, que estaba en 4to año de la facultad, hablando de amor de golpe es un homicida”, indicó, entre lágrimas.

“¿En qué momento les regalé esto a ellas? El dolor que le generé a la familia de Catalina también me lo generé a mí””, se cuestionó en frente del juzgado. Sin embargo, respondió a ciertas acusaciones en contra de su figura.
Néstor Soto aseguró: “Soy un homicida, pero no un femicida”
“Yo soy el homicida, lo dije desde el momento cero. Lo hice pero sí me voy a defender de las acusaciones de que soy un femicida, de que tengo celos y de que lo planee”, jerarquizó.
Por otro lado, rememoró que su madre le había contado que él no estaba bien psicológicamente. Según su testimonio en un viaje grupal a Buenos Aires, expresó que sintió presión por los trabajos de la facultad y cuestionó a todos a lo largo del proceso judicial porque no se habló de la salud mental de las personas.
Posteriormente, aseguró que cuando cometió el crimen pensó ”me fui a la mierda”. Finalmente, sentenció que él y Catalina tenían una “hermosa relación”, extraña “su vida normal” que era “estar con mis amigos, mi familia, estar bien y no en una cárcel como un homicida”.