En lo más caliente del partido, con Talleres ganando 1 a 0 en el Kempes, entró Matías Suárez ante un coro de silbidos de parte de público Albiazul, por su pasado en Belgrano. Un duelo aparte, y más con el clásico cordobés encima.
Lo cierto es que Suárez, quien ingresó por el venezolano Salomón Rondón, estuvo muy activo y anotó de cabeza el descuento para River, a los 34 del complemento y 10 minutos después del cambio. Y en el festejo, le hizo repetidamente el gesto de silencio a los hinchas de Talleres.
El árbitro Nicolás Ramírez no se percató, porque desvió su atención el forcejeo en el arco entre Guido Herrera y Lucas Beltrán, el cordobés ex Instituto que quería apurar las acciones. De otra manera, Suárez debería haber sido amonestado.
BELGRANO Y TALLERES PROMUEVEN EL “RIVALES, NO ENEMIGOS”
A la inversa de los gestos de Matías Suárez, las dirigencias de Belgrano y Talleres impulsaran durante la semana previa al clásico el lema “rivales, no enemigos”. Habrá acciones en esa dirección y desde este martes, para promover el bueno comportamiento del público en el Gigante y sus inmediaciones.
Incluso la dirigencia de Belgrano cursó una invitación a sus pares de Talleres para que conozcan las nuevas instalaciones del remozado estadio Julio César Villagra y que se interioricen cómo será el desplazamiento de los futbolistas visitantes y la delegación que los acompañe en este recinto.
El clásico cordobés, primero por los puntos después de cinco años, se disputará el domingo 21 de mayo a las 15.30 en Alberdi por la fecha 17 de la Liga Profesional y sólo con público local.