Walter Alberto César Olmos Gómez, oriundo de Catamarca, se erigió como figura central del cuarteto a principios de los años 2000. A pesar de su breve trayectoria de apenas dos años, alcanzó éxito masivo, llenando estadios en Argentina. Se lo consideraba el heredero de Rodrigo Bueno, con quien compartió escenario y recibió padrinazgo. Este lunes, se cumplen 23 años de su muerte.
Su incursión en el canto comenzó en 1998, a sus 16, en una pequeña banda donde su remuneración era comida. Su notable habilidad lo llevó a ser contratado por Los Bingos, agrupación donde su popularidad creció. En Catamarca, Rodrigo lo escuchó interpretar “Para sentirme vivo” y lo confundió con La Mona Jiménez, derivando en un encuentro que selló amistad.
Video: Walter Olmos como telonero de La Mona y cantando un tema de Rodrigo
Con su primer trabajo solista, “A pura sangre”, el artista vendió 150.000 discos en pocas semanas, cifra inusual para el género, lo que le valió el apodo de “La locomotora catamarqueña”. Editó otros dos álbumes exitosos, consolidándose como referente.
La madrugada del 8 de septiembre de 2002, mientras cenaba en su habitación de hotel, un confuso episodio con una pistola Bersa calibre 22, cargada con una bala del 38, terminó con su vida. El proyectil impactó en su sien, causándole muerte instantánea. La investigación policial calificó el suceso como “accidente fatal”, sin responsabilizar a nadie.
Previo a que esto ocurriera, realizó muchas actuaciones. En una, cuando formaba parte del grupo Los Bingos, fue telonero de La Mona Jiménez e interpretó un tema de Rodrigo, “Amor de alquiler”. “Es un clon de Jiménez y gracias a Dios es catamarqueño. Acá en La Casona, presentamos a Walter Olmos y Los Bingos”, dijo el locutor del baile.