Cada cuatro años, la fiebre de los mundiales hace que los futboleros hagan lo imposible para estar donde sea que se disputen. Argentina es siempre uno de los países con más hinchas presentes en donde juegue la Selección y, el Mundial Qatar 2022 no es la excepción.
Desde barrio Marqués de Sobremonte de Córdoba Capital viajaron un padre y un hijo. Es la tercera Copa del Mundo consecutiva en el que están Matías y Nicolás Baglione siguiendo a la Celeste y Blanca. Estuvieron en Brasil 2014, donde viajaron cinco días en una Fiorino y, en Rusia 2018, el único hijo de la familia se quedó con su madre Liliana, solo viajó el padre.
Pero en Qatar tenían que estar nuevamente los dos. Y allá fueron. “Mi papá siempre está pensando en ahorrar para el Mundial. parecía que no íbamos a ir con el tema de la pandemia pero al final consiguió un vuelo barato y se dio”, contó Nicolás en diálogo con Vía Córdoba. Y agregó bromeando: “Mi papá es el que ahorra, sobre todo, por suerte soy el hijo y lo puedo acompañar, je”.
Matías, de 41 años, es gasista e instalador de aires acondicionados. Una profesión que intenta enseñarle a Nicolás que terminó el secundario en el colegio El Salvador, ubicado en barrio Poeta Lugones pero que su verdadera pasión es el fútbol.
Nico, que tiene 18 años, juega en la cuarta de Argentino Peñarol y ya alternó algunos partidos en reserva y otros en primera. Metió 13 goles en 2022 y espera que, a su regreso del Mundial, lo vuelvan a tener en cuenta. Y justifica su viaje diciendo: “Nos encanta el fútbol, también nos gusta viajar y es una excusa para hacerlo. El ambiente del mundial es hermoso”.
La vida de los familiares cordobeses en Qatar
El juvenil delantero del Millonario de Argüello, que sueña con ser profesional, se adentró en lo que es el día a día en Qatar: “Hace más calor en Córdoba que acá”. “Es que acá es invierno y por eso no pega tanto el calor. Acá en verano directamente no se puede estar, me imagino”, explicó. Y agregó: “En los estadios, en el metro, ponen los aires a full. Te cagás de frío, jeje”.
Con respecto a la convivencia con su papá, Nicolás confesó: “Nos llevamos de diez, nos entendemos bien. Por ahora, no hay ningún problema”.
Sobre la cultura, la comida y los quehaceres diarios en Qatar, dijo: “Estamos parando en un complejo de torres, que te da la Fifa que ahí van casi todos los argentinos. Es el más barato acá en Qatar. Estamos de diez, los cataríes nos quieren a los argentinos por Messi, son fanáticos de él”.
“Comemos cuando tenemos tiempo porque siempre estamos de un lado para otro con el tema de los partidos. El hospedaje queda bastante lejos y cuando podemos, picamos algo. Siempre para entrar a los partidos, a los fan fest te hacen tirar toda la comida”, relató. Y, de los precios, comentó: “No es barato pero tampoco es tan caro”.
La cultura diferente del país organizador del Mundial fue algo de los que se habló mucho. Nicolás relató su experiencia: “Con el tema de la cultura no pasa nada, es normal. Obviamente por el mundial. Seguramente que fuera de eso sea todo distinto. Sí, con el alcohol que no venden en ningún lado”.
Del Trampero de Argüello al Lusail para Argentina - Arabia Saudita
Juntos vieron el debut de la Selección Argentina en el estadio Lusail y aprovecharon para sacarse una foto con la camiseta verde y roja de Argentino Peñarol. Ni lerdos ni perezosos, desde la cuenta oficial del club, la replicaron:
Nicolás enseguida aclaró, por las dudas: “No soy arquero, soy delantero pero llevé la camiseta número 12, ojo”. Y, sobre el debut del equipo nacional con derrota ante lo árabes, dijo: “No me arrepiento de venir porque son experiencias únicas”.
La previa del juego de Argentina - Arabia Saudita duró tres horas. “Llegamos temprano, vivir el clima con la gente afuera, entrar a la cancha, la entrada en calor. Es todo muy lindo. Lloré como un nene cuando entró Messi. A la salida, en el metro, todos con cara larga. Pero es lo que tiene el fútbol”, se emocionó Nicolás.
Y de paso, analizó: “Venía con mucha fe que íbamos a ganar los tres partidos fácil pero se complicó”. “Estos dos partidos son fundamentales para saber si estamos bien o no. A lo mejor nos avivemos y volvamos a jugar como jugábamos antes o nos tira para abajo. Uno siempre tiene la fe de que se puede lograr”, confesó.
Con pasaje de vuelta para el martes 29 de noviembre, el objetivo de los Baglione es conseguir entradas para ver a Argentina contra México, el sábado 26. “Tenemos entradas para varios partidos pero de Argentina sólo conseguimos para el primero. Ojalá que podamos conseguir para alentar a la Selección”, confió.
Si logran el objetivo de tener los tickets para alentar a los dirigidos por Scaloni, Nicolás ya anticipó que no llevará una cábala que no le funcionó: “Llevé un 5 de copas, que es la carta que le salió a Messi antes de ganar la Copa América en el jueguito que hicieron en la concentración en Brasil. Pero no la llevo más”.
Al tercer partido, contra Polonia el martes 29, lo verán en Egipto, que es una de las escalas que tienen padre e hijo en el regreso a Córdoba, previsto para el 9 de diciembre previo paso y paseo por el país de las pirámides y algunos lugares de Europa. “Tenemos varias horas y algunos días de escala y podemos visitar. Sale más barato y lo vamos a disfrutar”, dijo Nicolás.