Realmente parece una historia sacada de una película, pero es real y pasa en Córdoba. Un changarín cordobés, Marcelo Urbano, habló sobre la increíble situación que le toca vivir: su padre, un empresario millonario, lo niega a pesar de que la Justicia y dos ADN determinaron que es su hijo biológico.
Esta búsqueda se inició desde que Marcelo es muy pequeño, cuando su madre le contó la historia. Hoy en día, la Justicia definió que él debería llamarse Marcelo Omar Urbano Lapania, hijo del empresario Eduardo Lapania. “Durante toda mi vida, mi madre me había contado que era hijo de un hombre y después lo contacté cuando yo era muy joven y dijo que no era mi padre. Cuando mi madre estaba agonizando me volvió a repetir que era mi padre. Iniciamos juicio y después de dos ADN resulta que es mi padre”, arrancó relatando Marcelo.
Según detallaron los abogados de Marcelo, su papá es cónsul honorario de Bélgica estuvo vinculado a negocios del petróleo gas y ahora es un bodeguero muy conocido. “Por lo que dicen mis abogados es un empresario a nivel internacional exportan vino a Asia, Europa, tienen una bodega muy importante en Mendoza. El 99% del vino que hacen se transporta a Asia. Hay una aerolínea donde solamente se sirve el vino de ellos”, enfatizó.
Esta historia se inició hace más de 58 años, la edad actual de Marcelo. “Mi madre tenía 19 años, ella tuvo una historia muy difícil, la internaron en un colegio de monjas y cuando la retiran, mi abuelo la deja en esa casa trabajando como empleada doméstica. Supuestamente no sé cómo habrá sido fue una relación sin consentimiento de ella y ahí resulta ser mi padre”, relató.
Y agrega: “Vengo desde muy pequeño buscándolo. Él se negaba. Por medio de una hermana conseguí su número, que me negaba que era mi padre porque él había estado 10 años en Europa, pero cuando dije quién era mi madre ella accedió a darme el teléfono. Me reuní con él en Buenos Aires cuando yo tenía 21 años y él niega ser mi padre. Después hicimos un ADN me da el 99 99,7 y el segundo 99,99 9.6.5″
“A la conciliación no se presentó él. Es muy difícil que con dinero se tape todo el daño que se hizo. Yo no tengo ni siquiera el primario yo soy prácticamente analfabeto porque trabajé desde muy pequeño en el campo de peón rural, fui albañil, fui hasta cartonero y ahora mis abogados dicen que de ya ser heredero de su fortuna necesito una remuneración económica por los daños y perjuicios que ha ocasionado”, explica Marcelo.
La herencia del albañil cordobés que descubrió que es hijo de un magnate y la diferencia con sus hermanos
Además de enterarse quién es su padre, el hombre también sabe que tiene un hermano y una hermana, Cristóbal Lapania, director de Bodegas Don Cristóbal y Carine Lapania, encargada de la comunicación con clientes del exterior. Sobre las diferencias de vida que mantuvieron, comenta: “Yo tengo mi hermano que habla cuatro o cinco idiomas, hizo cursos en Harvard. Yo iba a una escuela en un burro. De Paso Viejo, 10 km para adentro. Era un paraje de dos casas donde yo vivía. No me quejo, tuve una buena abuela, unos buenos tíos. Siempre me preguntaban por qué eran todos morochos y yo blanco. Nunca se acercaron a mí. Lo choqué por última vez en el segundo ADN, en el primero también lo vi pero no tuvimos roce”.
Marcelo tiene en claro que a él le correspondería el 33,3 por ciento de la herencia que le dejaría su padre, que ya tiene 85 años. Pero también debe recibir un resarcimiento económico por daños y perjuicios. Él no sabe muy bien cuánto dinero es, pero le habrían dicho que rondaría entre 100 y 200 millones de pesos. “Yo no tengo ni idea cuánto son 200 millones de pesos”, reconoció Marcelo.
Con respecto a esto, él ya tiene muy claro qué es lo que haría con esa fortuna: “Yo tengo cinco hijos, dos varones y tres mujeres. Un hijo es cantante folclórico, una hija que está haciendo el curso de policía, otro hijo es changarín como yo, otra hija que vive conmigo. Sinceramente sé lo que haría: cambiar la vida de mis hijos y mis nietos porque yo estoy de vuelta en esta vida”.
“Es un padre biológico, pero me gustaría que ya que nunca tuvo un roce conmigo que lo tenga con mis hijos. Yo no puedo decir sinceramente que lo amo, que lo quiero porque para mí es un desconocido que me despreció toda su vida. A pesar de que nos hemos visto tres veces, siempre me ignoró. Él ahora va a cumplir 85 años. A veces digo ‘a quién salí tan bueno con mis hijos y nietos si el realmente no quiere ni verme’”, se pregunta Marcelo.
Y por otra parte, valora: “Tengo buenos amigos, buenos hijos, unos nietos hermosos que eso no lo compra el dinero. Mi esposa es una mujer de hierro que siempre me acompaña, María Berta Carreras”.
El abogado de Marcelo Urbano y los detalles de la causa
Federico Crucella, abogado de Marcelo Urbano, el changarín cordobés que descubrió que es hijo de un magnate, detalló sobre la causa: “Recientemente ha sido reconocido por instancia judicial que es hijo biológico del señor Eduardo Lapania. En realidad hace dos o tres semanas hemos tenido la mediación previa a la instancia judicial en la cual el señor Lapania tampoco concurrió por lo cual en breve estaremos iniciando las acciones judiciales pertinentes que consisten en el reclamo de daños y perjuicios pretendiendo resarcir lo sufrido por Marcelo. También hay que tener en cuenta que esto demanda un desgaste importante porque la tramitación de todo esto se debe realizar en Buenos Aires.”
Sobre cuándo podría llegar a resolverse todo el caso, Crucella contó: “Lamentablemente los tiempos de la justicia son complicados. Siempre la idea de estar abierto a una charla con la contraparte está, siempre la estuvo, pasa que no hubo reciprocidad. Pero estaremos a los tiempos de la Justicia, no depende de nosotros. Hemos tratado de entrar en conversación con la contraparte, porque hay cuestiones además de la económica muy delicadas con respecto a la situación que Marcelo ocupa: el tema del derecho fundamental a la identidad, y todo lo que conlleva internamente”.