Mientras avanza la Justicia, que ya elevó a juicio la causa contra el “faraón cordobés” y los sanadores egipcios, uno de los detenidos niega ser parte de una asociación ilícita y en cambio se define como víctima de una “secta macabra”, sostuvo.
Se trata de Maximiliano Iciksonas, que es uno de los 11 imputados detenidos en Bouwer, en el marco de la causa que investiga a la Fundación Académica Sêshen, organización que ofrecía terapias de sanación egipcia en Córdoba y cuyo líder también está acusado de presuntos abusos sexuales.
Desde la prisión, el hombre carga sobre la figura de Álvaro Juan Aparicio Díaz, quien se hacía llamar Sahú Ari Merek y aseguraba conocer curas mágicas del antiguo Egipto: “Él tiene una habilidad para destruir lo que se le cante. Porque así como puede entrar en un cerebro puede hacer lo que quiera”, expresó a El Doce.
“Te absorbía toda la plata que vos podías tener. Y te terminaba consumiendo tu vida”, aseguró sobre el funcionamiento y agregó: “Como yo le contaba todo, también le conté sobre las relaciones con mis amigos y él me decía: ‘No, vos fijate. Este amigo tal y tal cosa. Fijate que eso no hace un amigo’”, comentó.
El plan que denuncia incluía aislarlo de sus amigos y luego de sus familiares: “Lo más fuerte que a mí me hizo fue con mi mama: Merek me dijo que ella me había abusado cuando era chico. Entonces no le hablé más. Mi mamá me mandaba mensajes y yo nunca le respondí, así durante cuatro años”, relató.