Los restos de Gabriela Mónica Pérez (24) fueron despedidos este lunes, en una casa velatoria del centro de Córdoba. Luego, su cuerpo fue sepultado en el cementerio San Vicente. Entre el dolor y el reclamo, familiares y amigos de la joven asesinada protagonizaron pintadas y quema de gomas frente al club Yapeyú.
Gabriela murió el pasado sábado cuando presenciaba un almuerzo del Sindicato Obreros y Empleados de Empresas de Limpieza, Servicios y Afines de Córdoba (Soelsac). La joven, empleada de limpieza, fue alcanzada por una bala, que habría disparado un tercero desde el frente del salón. El impacto fue fatal.
Este lunes, sus restos fueron despedidos ante una gran cantidad de familiares y amigos. Luego, los presentes se dirigieron a las inmediaciones del club Yapeyú donde desplegaron pancartas, realizaron pintadas y quemaron gomas, en reclamo de justicia.
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“Yo estaba al lado de mi hermana. Cuando pasó esto, tenía a mi bebé de dos meses al lado. Sentí los impactos, pensé que eran fuegos artificiales, pero después todos empezaron a correr”, recordó Dalma en diálogo con Arriba Córdoba quien estaba presente en el acto junto a su hijo.
En este sentido, la joven sospecha que la bala que mató a su hermana no fue del atacante externo sino que habría venido del interior del club. “El disparo no pudo venir desde afuera. Era imposible que una bala entrara por ahí. Escuché que los de afuera disparaban con una 9 y los de adentro con una 22″, dijo.
Dalma señala que se trató de un tiroteo de ambas partes. “Vi un cruce de balas, iban y venían, era un rafagazo constante”, agregó.