Un joven de la ciudad de Córdoba denunció que un verdulero contrató a un grupo de sicarios para matarlo. Según contó, efectuaron una serie de disparos en el estudio de su abogado representante, su casa y le dieron uno en la pierna.
Córdoba: la Justicia investiga los ataques al estudio jurídico y una casa
Luego de que ambas partes se pronunciaran en los medios de comunicación, la Justicia de Córdoba informó que ya tiene el caso en sus manos. La Fiscal de Instrucción del Distrito III Turno IV, a cargo de Claudia Palacios, está a cargo del operativo.
Precisamente, detalló que hubo ataques de arma de fuego contra un vecino de barrio Marqués y otro contra un estudio jurídico en barrio Poeta Lugones. “Hechos relacionados entre sí”, expresa el comunicado del Ministerio Público Fiscal.
Carlos Alexis Vaginay (31) fue lesionado en el primer suceso por sun sujeto que “lo habría amenazado de muerte”, según consignó la Justicia. Minutos posteriores, ocurrió el violento hecho en el estudio jurídico del abogado laboralista de Vaginay.
Alrededor de 15 disparos contra un estudio jurídico en Córdoba
La casa de abogados “recibió alrededor de quince impactos de bala en su frente producidos por autores desconocidos”. Las investigaciones judiciales ahora se orientan hacia los exempleadores de Vaginay, quienes mantienen un conflicto de naturaleza laboral.
Por el momento, Palacios no dispuso ninguna imputación delictiva o detención, pero esto se resolverá con el transcurso de la incipiente investigación. “Se están incorporando todos los elementos de prueba, informes y cooperaciones técnicas necesarias”, concluyeron las autoridades.
Córdoba: denunció que un verdulero contrató a sicarios para matarlo
“Está clarito. Vino a presionar a mi abogado y o casualidad que a la noche fueron a pegarnos”, dijo Alexis, en diálogo con El Doce, sobre el hecho ocurrido el miércoles 2 de octubre.
Todo comenzó por una denuncia del joven contra su empleador, el dueño de la verdulería. Cuando estaba por conocerse el resultado del proceso judicial, el principal sospechoso se presentó en el estudio jurídico del denunciante.
“La contraparte se hizo presente, solicitando que paráramos las acciones y les explicamos que no se podía hacer”, contextualizó Diego Larrey, abogado de los denunciantes. Ante este escenario, el sujeto respondió: “Si las cosas son así, aténganse a las consecuencias”.
Horas más tarde, un grupo de sujetos se presentó en la residencia del denunciante, lo llamaron por su nombre, golpearon, maniataron y propiciaron un disparo en su miembro derecho inferior.
Habló el verdulero acusado de contratar sicarios en Córdoba
Con el correr de las horas, el apuntado rompió el silencio, reveló su identidad y desmintió los hechos. “Yo la doy porque no tengo nada que esconder”, expresó Pablo, en diálogo con el medio mencionado.
“No encuentro explicación para hacer tan grande el problema”, expresó sorprendido el comerciante. En este sentido, dio su versión de los hechos previo al juicio y contó cómo la Justicia le secuestró su vehículo.
“Encima, ese mismo día me habían secuestrado el camión mientas hacía las compras. Es una torpeza y algo muy inaudito lo que dicen”, indicó. Posteriormente, aclaró que esa tarde fue al estudio para hablar: “No llegamos a un acuerdo”.
En otro apartado, lanzó una sorprendente revelación contra el jurista de los denunciantes. “Larrey ya ha sido mi abogado en otros procesos”, reveló. Inmediatamente, aclaró que por una imposibilidad económica propia no pudo seguir abonando los servicios del letrado y la relación profesional se diluyó.
Sin embargo, Larrey continuó con los procesos judiciales, cuando el verdulero le explicó que no podía abonarle, según sus declaraciones. “Supuestamente, siguió yendo a audiencias, contestando cartas y un día me llegó una carta de él reclamándome honorarios”, contó.
Finalmente, lo acusó de poseer “una pyme del juicio” porque no es la primera vez que el abogado lleva este tipo de casos. “Trabajan un tiempo, roban algo o esperan a que los corran para iniciar uno”, arremetió contra los empleados.
“Creo que de ahí viene el resentimiento, yo otra explicación no le encuentro”, cerró el verdulero que no despidió a los empleados denunciantes, sino que “se fueron solitos”.