Diego Dabove ya dio demostraciones de como emplea la estrategia. En el anterior Talleres-Instituto opuso un vallado de cinco defensores para neutralizar los embates Albiazules con su fuerte, la ofensiva. Y hasta puso en cancha a jugadores que no estaban en la consideración de nadie, como Jonathan Bay. Empató, dejó en cero a los Albiazules que venían con poder de gol, y hasta pudo haber conseguido algo más.
Esta vez y para el clásico en el Kempes por la cuarta fecha de la Copa de la Liga, el DT Albirrojo movió otra vez primero en la partida de ajedrez, y trastocó el dibujo táctico de los últimos dos partidos, que fueron con victorias. Pudiendo repetir por tercera vez la formación, optó por cambiar, y los hizo con nombres pesados, ya que sacó de la formación a los dos refuerzos de más renombre: Silvio Romero y Guido Mainero.
Con los ingresos de Brahian Cuello por un andarivel y de Jonás Acevedo por el otro, no renuncia del todo a la faz ofensiva pero inclina para su lado la superioridad numérica del medio campo y apuesta a controlar mejor las trepadas de los laterales Albiazules, que no moverá sus piezas respecto de la goleada contra Central.
EL INSTITUTO-TALLERES Y DOS TÉCNICOS QUE SE CONOCEN A FONDO
Diego Dabove insertó en su cuerpo técnico a Walter Ribonetto, su ayudante de campo hasta 2021. De ese conociento mútuo en lo profesional y de la relación afectiva que mantienen, emana la necesidad de no dejarse sorprender y además, sacar provecho.
La astucia del técnico de Instituto le permitió hasta aquí salir indemne en los dos clásicos que diputó, con el meritorio 0 a 0 frente a Talleres en setiembre pasado, y el triunfo por 1 a 0 sobre Belgrano.