El ascenso argentino está lleno de historias particulares y el fútbol argentino en general lleno de historias de violencia y muerte. En una de esas estuvo involucrado el actual técnico de Belgrano, Alejandro Orfila. El uruguayo revivió en el programa “De otra categoría” el día que fue atacado por barras de Almirante Brown y casi lo matan.
Vale aclarar que Orfila tuvo un largo paso por el ascenso argentino ya que jugó en Tigre, Sportivo Italiano, Temperley, Tristán Suárez, Morón, Villa San Carlos entre otros clubes entre 1999 y 2015, cuando se retiró. Fue cuando jugaba para el “Matador” que vivió, según el mismo dijo, “el peor día de su vida en el fútbol”.
Justamente ese día pasó a la historia porque luego de lo que sucedió con Orfila las barrabravas comenzaron a viajar custodiadas por la policía.
La anécdota de Orfila y los barras
“El momento más difícil de mi vida me pasó a fines del ’99. Yo venía de jugar con Tigre, estábamos jugando con Chicago en la cancha de Español. En vez de subirme al micro de los jugadores, me subo al micro de un vecino. Yo vivía de la cancha de Tigre a 15 cuadras. Cuando estamos llegando a San Martín la autopista queda colapsada. Yo venía con la bermuda del club y la remera de concentrar. Y un compañero, ‘el Sapo’ Gerchell, que venía conmigo me dice, sacate esa ropa porque lo que hay allá es una hinchada”, arrancó contando el actual DT del “Pirata”.
“No pasaba ningún coche y veíamos todos colectivos parados sobre el costado de la autopista. Yo estoy guardando la ropa abajo del asiento, me acuerdo que estaba en boxer, y me aparece un tipo, con un fierro así de ancho y grandote. Me dice, ‘dame lo que estás guardando ahí’. Yo le dije ‘no seas malo, no me vas a hacer problema por lo que estoy guardando’, pero con otras palabras. Mi compañero le entrega la bermuda y la remera, lo vemos que se va caminando. Unos 300, 400 metros. Cuando llega al final se encuentra con un montón de gente y como una película empiezan a venir corriendo. Yo escuchaba gritos y veía camisetas amarillas y negras, que en ese momento no conocía quiénes eran…”, detalló Orfila.
Y agregó: “Cuando vinieron, nos deshicieron el auto. Nosotros adentro, piedras, palazos, me sacaron entre la ventanilla que ya no existía, todo ensangrentado. Me empiezan a pegar y tuve la suerte que no me tiraron al piso. Me empecé a defender y me quedó un hueco para correr. Me empezaron a tirar cascotazos y vi un helicóptero de la Policía. Hasta que corrí unos 300 metros descalzo y en bóxer y me encontré con dos traffics… Me agarran de vuelta, me empiezan a pegar. (…) Abro la puerta de una casa, ingreso… la Policía ataca y empieza a tirar a todos con balas de goma. ¿Qué estaban esperando? La hinchada de Tigre que venía de la cancha de Español. A partir de ese hecho empezaron a custodiar las barras”.
En ese momento llega el micro con los jugadores de Tigre y uno de ellos lo ve a Gerchell llorando al costado de la autopista, cuando se bajan, el “Sapo” comenzó a gritar “Lo mataron al uruguayo, lo mataron”. Al mismo tiempo, Orfila era golpeado por policías para “que confiese”. “Yo había perdido la voz de los nervios. La señora de la casa me tiraba 7-Up para limpiarme la sangre y yo no podía decirle que pare. Yo movía la cabeza para que no me tocara, pero la señora debe haber pensado que la estaba pasando bárbaro”, relató.
Cuando la policía descubrió que Orfila en realidad era jugador (se lo comunicaron por handdie) lo subieron a una ambulancia y lo llevaron a un hospital de la zona. La directora del nosocomio negó que “el uruguayo” estuviera ahí para evitar que llegara la prensa, entonces dedujeron que él había sido llevado a la morgue judicial.
“Salió en Crónica, placa colorada, murió Alejandro Orfila, jugador de Tigre. Todo esto después yo lo vi, hubo 140 detenidos. Me hacen todos los estudios, sale todo bien más allá de los golpes… Estuve algunos meses con problemas, me costaba dormir de noche. Cerraba los ojos y volvía a sentir los golpes. Hasta que lo fui superando, a fines de 1999”, describió.
A los pocos años, Orfila terminó jugando para Almirante Brown y recordó que desde la tribuna le gritaron “nunca más te vas a olvidar como te pegamos”. Luego de una gran campaña y salir campeones, un barra se le acercó y le confesó que él había sido el primero que apareció con un fierro en la mano.
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